licenciado


La mirada interior



Nicholas Humphrey



Título original: The Inner Eye (1986).


Ilustraciones: Mel Calman.


Traductora: Mª Victoria Laa Velayos.






CONTRAPORTADA

¿Qué es y para qué sirve la conciencia? ¿Por qué se desarrolla en el hombre y por qué ha evolucionado? Abordando un original camino que comienza en Haití y sigue por los volcanes de Virunga -tierra delos gorilas de Dian Fossey-, NICHOLAS HUMPHREY recobra en este libro estas viejas preguntas y propone superar las teorías tradicionales sobre la evolución del intelecto humano, adentrándonos en una nueva hipótesis: que los problemas fundamentales del ser humano son los sociales, los que plantea la vida en grupo, que nos obligan a actuar como «psicólogos naturales» y a interrogarnos constantementesobre los pensamientos, deseos y conducta de quienes nos rodean. La conciencia sería, pues, la respuesta a los problemas que nos plantea comprender a los otros: LA MIRADA INTERIOR que nos permite aventurarnos en nuestra propia psicología y, por ende, en la de los demás.


A Pamela Lindars

Introducción

El año pasado regresé con un equipo de televisión al lugar donde, hace catorce años,habían transcurrido tres de los meses más importantes de mi vida. Fue entonces, mientras observaba a los gorilas de montaña de Ruanda, cuando comencé a interesarme por el rompecabezas filosófico y científico que tanto me fascina desde aquel momento: el problema de cómo un hombre o un animal puede saber lo que significa ser uno mismo. Este libro, junto con el programa de televisión, describe adónde mehan llevado aquellas especulaciones originales.
Cuando fui a África en 1971, había trabajado durante algunos años como psicólogo experimental; primero en el laboratorio de psicología de Cambridge y más tarde en el Instituto de Psicología de Oxford. Nunca tuve la menor duda, y sigo sin tenerla, de que la psicología, el estudio científico de la mente, es la rama más apasionante y sugerente de todaslas ciencias. Pero cada vez estaba menos convencido de que el trabajo que entonces llevaba a cabo, centrado en los mecanismos del cerebro que subyacen al comportamiento, fuese a ofrecer respuestas satisfactorias acerca de la naturaleza y el origen de los procesos mentales superiores. Como tantos otros aspirantes a científicos de la mente, me hice a la mar para conocer el mundo, sólo para descubrirque todo lo que veía era mar. Ni siquiera eso: yo estaba bajo cubierta, estudiando la sala de máquinas de la vida mental, sin tener claro hacia dónde navegaba el barco. Regresé a Cambridge en 1970, esta vez al Subdepartamento de Comportamiento Animal de Madingley. Allí entré en contacto, por primera vez, con otro tipo de científicos, cuyas raíces no se hunden en la psicología experimental sino enla zoología y la historia natural. Los etólogos estudian el comportamiento preferentemente en estado natural, salvaje; y ven la mente y el cerebro no como simples piezas de una compleja maquinaria que existen porque sí, sino como órganos para la supervivencia, adaptados a través de una larga historia de selección natural para satisfacer las necesidades concretas de animales concretos en su propioentorno. Madingley me enseñó una nueva forma de observar el comportamiento humano y animal. De aquí partió mi estudio de los gorilas; y bajo la influencia del enfoque etológico que aprendí de William Thorpe, Robert Hinde y Patrick Bateson desarrollé las ideas que aparecen en este libro.
Hace dos años, el Canal Cuatro de la televisión británica me contrató para realizar una serie sobre laevolución de la conciencia y la inteligencia humana. En seguida nos dimos cuenta de que teníamos un problema que resolver. Me habían asegurado que los espectadores de televisión esperan que, «en los programas científicos», se les diga siempre la verdad. Cuando alegué que en determinadas áreas no estaba totalmente seguro de cuál era la verdad, y, peor aún, que no estaba seguro de que lo más importante...