Licenciado
El profesionista al ejercer su profesión además de contar con los conocimientos
necesarios de su campo, debe contar con valores morales que tendrán como finalidad
fundamental buscar y tratar de garantizar el bien común.
Para ello, deberá poner en juego no sólo su inteligencia sino su voluntad. Deberá
comprender que su responsabilidad en la consecución del bien común es mucho mayor
que la del ciudadano común y corriente, ya que cuenta con el conocimiento que ha
recibido a través de su formación y que lo compromete, ya que es el depositario de la
confianza de la sociedad. Ésta espera del profesionista no sólo los servicios para los
cuales lo formó, sino que se convierta en la vanguardia de la cultura, espera un
compromiso de carácter moral.
De lo anterior se desprende que el profesionista debe tener una capacidad moral
que es su valor como persona, lo cual da dignidad, seriedad y nobleza a su trabajo.
La capacidad moral es la trascendentalidad del profesionista; esto es, su aptitud para abarcar y traspasar su esfera profesional en un horizonte mucho más amplio, que le
hace valer como persona fuera y dentro de su trabajo. Es decir, el profesionista además
debe formarse en sentido ético: desarrollar aquellos valores que le permitan ejercer su
profesión dignamente para llegar a ser una persona íntegra.
¿Cuáles son estos valores Reflexionar sobre la moral del quehacer profesional
lleva a hablar de la ética profesional? ¿Qué es la ética profesional?
Se puede entender como ética profesional el estudio de los valores inherente al
ejercicio de una profesión y que emanan de las relaciones que se establecen entre el
profesionista y la sociedad.
Durante el ejercicio de la vida profesional, surgen con frecuencia algunas
preguntas para reflexionar, como: ¿De qué manera se tiene éxito profesional?
¿Cómo se logra el éxito económico y social?
¿De qué manera se pueden conjugar los éxitos personales sin comprometer la
conciencia y dignidad humanas?
¿Qué valores rigen las acciones propias?
Las respuestas han llevado al hombre a reflexionar sobre los derechos y
obligaciones derivadas del ejercicio de la profesión. El estudio de la ética profesional es importante desde dos sentidos:
En el orden especulativo, donde se trata de analizar los principios fundamentales
de la moral individual y social, poniéndolos de relieve en el estudio de los deberes
profesionales.
Se busca definir con claridad la naturaleza de la profesión y las diferentes relaciones que se dan entre quienes las ejercen y los que son influidos por este ejercicio.
En el orden práctico el estudio de la ética profesional estriba en que se deben
conocer las conveniencias y consecuencias que rigen las relaciones entre profesionistas y
los que reciben directa o indirectamente sus servicios.
El profesionista debe tener una fundamentación ética de sus actos. Debe
reconocer aquellos que en sí mismos son reprobables, que atentan contra la dignidad
humana y que no existe justificante alguna para su realización, que lo alejan de la
búsqueda del bien común.
El término deontología se atribuye a Jeremías Bentham (1832), quien entendía un
saber que enseña al hombre la manera de dirigir sus emociones de modo que queden subordinadas en cuanto es posible a su propio bienestar.
La deontología entraña una serie de virtudes y actitudes que los profesionistas
deben poseer y aplicar para hacer posible la moralización de la comunidad. Entre las
virtudes que conforman un ejercicio ético de la profesión se encuentran la justicia, la
caridad, la virtud intelectual y la dignidad personal. ...
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