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LA ESPIRITUALIDAD DEL EDUCADOR

La espiritualidad del educador debe ser vivida como una labor de interiorización para hacerse más fuerte, más sólido, más equilibrado y para ello es necesario que descubra esta profesión como una gran misión que está llamado a cumplir en la sociedad en la que se desenvuelve.

Esta misión no es sólo del maestro, razón por lo que es la misión de la iglesia y lagran misión de Jesús, por eso, ha de hacerse desde el servicio, la entrega y la donación total, con la fuerza del Espíritu Santo que actúa en todos, brindando la capacidad de acoger la fe como la respuesta a su gran Amor.

Quien educa se hace parte de la acción de Dios, que es quien llama y envía a cumplir con la misión de orientar de formar a hombres y mujeres deseosos de ciencia, virtud yvida.
La educación es un ejercicio misionero permanente, que implica la evangelización del maestro, antes de empezar con la evangelización de los estudiantes.

El maestro debe colaborar hacia dos dimensiones:

1. La construcción de una verdadera Iglesia: viva, dinámica, dispuesta y abierta al cambio; una iglesia que no es una estructura muerta ni fría, sino una iglesia que vibra y actúa en cadauno, donde los educadores son testimonio de vida, de compromiso y de acción, que atrae a los educandos a seguir una espiritualidad que dé sentido a la existencia misma.

2. El Servicio al Mundo que es la construcción de un mundo nuevo, solidario, global, mas no globalizante, donde todos valen por lo que poseen como persona, mas no por lo que poseen como colectividad, donde la persona es tanimportante, como la comunidad, donde los unos se deben a los otros y viceversa. Sólo de esa manera podemos implantar el Reino de Dios y su justicia en el aquí y el ahora de la historia. Es ahí donde el maestro cumple con su papel fundamental de educar a la persona y al grupo social, donde deben tener la cohesión de una espiritualidad que conlleva a la vivencia de todos los valores humanos ycristianos, con una meta específica. «La construcción de la civilización del Amor».

Utopía maravillosa que debe hacerse topía, mediante los pequeños y grandes compromisos que se van adquiriendo como persona y como colectividad, labor que no es de un año, sino que debe ser para toda la vida.



La misión evangelizadora que se realiza en una institución educativa, implica conocer la realidadeducativa, que no es otra cosa que conocer la realidad de cada uno de los educandos en su contexto de niño, adolescente, joven y adulto.

La orientación espiritual que se le ofrece al maestro a través de este libro es desde la realidad en que vive, con los aspectos que fortalecen y con las debilidades que se pueden transformar en fortalezas, con un trabajo constante y serio dentro de una espiritualidadcentrada en un Dios vivo y actuante, que convierte al maestro en una persona nueva, en un testigo de fe, evangelizador con su propia vida.

Se busca mediante, la Palabra de Dios, encontrar la fuente, la fuerza y la luz que ilumina la realidad tan compleja que viven los maestros y los estudiantes en los centros educativos, para lograr ser una sola comunidad donde haya «Un solo Señor, una solafe y un solo bautismo»*.

A partir del Concilio Vaticano II surge una nueva eclesiología y una de las características más fuertes de ésta es el nuevo lugar y papel de los Laicos, sea en el «mundo secular», a partir de la fe, en el interior de la propia institución eclesial. Si los maestros laicos tienen y viven una espiritualidad que ilumine su situación personal, familiar y social seconvierten en columnas sólidas para una iglesia que anuncia a un Jesús vivo, que camina con el niño, con el adolescente, el joven y el adulto.
* Gálatas 3,28 (cf. Col. 3,11 y LG 31)

Es por eso que se presenta una espiritualidad sencilla, que permite al educador ser alguien que se vaya impregnando de los valores humanizantes que cristianicen todo lugar donde éste se movilice: las aulas de clases, los...