licenciado

La venganza a las piedras de Gustavo Iñiguez


Los fantasmas suelen pesar, llevarlos a cuestas implica cargar el tiempo que debería quedarse en su sitio. Durante el largo del camino está mirándonos a escondidas, como si tramara que en la primera oportunidad, salir al paso para asustarnos, para martirizarnos, para recordar la naturaleza mísera del pasado, cada uno quisiera borrar de lleno,y que al no nombrarse, se diluyera. Sin embargo, en la poesía el tiempo no existe de forma lineal, y aunque se encuentra constantemente torturando la sique de quien escribe, los poetas suelen cambiar el sentido de todo pasado con tan solo nombrarlo, y al hacerlo el tiempo se convierte en atemporal y universal. De esta manera diluye las fronteras entre el pasado, presente y la proyección delmismo.

En el libro Espantapáramos, Gustavo Iñiguez, convierte el tiempo en piedra para desterrar los fantasmas, para fundar su nueva patria, para desterrar la piedra. Regresa a la infancia sin despojar la mirada del presente, la posibilidad de otra realidad desde la añoranza, como si el presente fuera un estado el cual lo ha dejado todo.

La mirada hacia el pasado indica exorcismo, despojara las piedras de toda posibilidad de pasado es el ejercicio de curación abriendo las heridas. El ejercicio hacia la retrospectiva, donde lo más importante no es la poesía o el ejercicio de la palabra, sino la lamentación, como si el lamentar pudiera re asir el daño, para darle un sentido, para llegar a la redención, a la conciliación del pasado fundido en la piedra.

No le llamen poesía anuestro lamento
Somos pasos fríos rumbo a la redención:
Dejemos el amor de nuestra rabia
en cada grito


La piedra se convierte en la fundación de la poesía. El camino de piedra. Así comienza su venganza: espantar las piedras, contar una y otra vez lo sucedido, que poco a poco desaparezca en la medida que es contado, contarlo hasta que ya no haya palabras, hasta que las palabras dichas,habladas, recitadas o escritas pierdan toda posibilidad de su pasado, la venganza de ser versos a la vista de cualquier lector, que la historia de tanto propagarse se diluya, se convierta en un “sin sentido” en el “sin sentido” de los demás, que aparezca ahora la historia, contada de nuevo, contada desde un niño que ya no es, desde el niño que adultó.
El sur es el punto de partida de su mapapersonal y con solo situarse allí genera las posibilidades, los cuatro puntos cardinales se convierten en los páramos que tiene que recorrer, para espantar sus piedras:

Al sur
Los niños van cantando
Por el cauce del río
Que los convierte en hombres

Señala el oriente lanzando su vista al horizonte porque sabe desde el origen cuál sería el destino, el camino que seguiría en línea recta.La única posibilidad es el transcurso inevitable del tiempo, mirar hacia el oriente implica entonces, el cambio de ruta, o un cambio en el sentido de la ruta. Es decir, cambiar el pasado, situarse en un punto de referencia, sin que ello signifique situarse en uno específico, desde cualquier punto es posible.

Lewis Caroll en Alicia en el país de maravillas, pone en una paradoja a Alicia, lepregunta al gato Cheshire qué camino debe tomar y este le contesta que depende a qué punto quiere llegar. Gustavo no se preocupa ni por el camino, ni por el destino. El destino ya lo sabe, la paradoja aquí es revertir todos los sentidos del camino y el destino, que de cómo resultado un nuevo origen partiendo desde el origen.

En el oriente los hombres esperan, afirman niegan.

Esperan que elazar
despierte entre sus manos
como un gato doméstico.

En la cultura occidental la imagen del hombre está asociada al control, la imagen del hombre es capaz de construir y destruir. Debe domesticarlo todo, incluso, su propia naturaleza; sus sentidos y emociones. El oriente de Gustavo Iñiguez se despoja de esta concepción con conocimiento de causa, no le importa seguir el mismo rumbo de...