licenciado
El testigo (1) (2004) de Juan Villoro tiene una compleja y muy lograda estructura narrativa que presenta vínculos intertextuales con La Odisea, debido a que ambas tienen como eje central el regreso a la patria y, en consecuencia, las numerosas adversidades e inconvenientes que supone la reinserción en la tierra perdida. Mientras Homero revela el azaroso retorno de Ulises a Itaca, Villoro dacuenta del mismo proceso de Juan Valdivieso a Ciudad de México. Ahora bien, la intertextualidad entre los textos ya está anunciada por el epígrafe de Konstantin Cavafis que abre El testigo, cuyo alcance es explicado por el propio Villoro:
La Odisea narra la historia de un hombre que quiere volver a casa. La novela (El Testigo) abre con el célebre poema de Cavafis sobre la superioridad del viajesobre el punto de llegada, pero a mí me interesan más los enigmas del regreso, la oportunidad de constatar cómo ha sido tu vida sin tu presencia. (Marco)
Cabe agregar, además, que ambas piezas convergen respecto de la importancia que tienen las figuras femeninas para los exiliados. Tanto Helena como Nieves son polos magnéticos para los protagonistas de ambas obras. A partir de ese punto, sinembargo, es posible establecer las significativas diferencias entre El testigo y La Odisea en la medida que las mujeres amadas son símbolos disímiles. Si Helena constituye un signo del amor y de la dicha recobrable, Nieves representa la tragedia y la traición. En esta dirección, Juan Villoro sostiene que el viaje de Valdivieso está motivado por “una ilusión traicionada” (Gámez).
Ahora bien, JuanVilloro trabaja su texto sobre la base de la tradicional comunión de la mujer y la tierra como parte del eterno femenino. De ahí que Nieves y México D.F. constituyan, en algún sentido, una unidad: “México era Nieves. De modo dramático, desde hacía diez años era la tumba de nieves” (43).
El destino de Juan Valdivieso está marcado a fuego por la ausencia de Nieves a la cita en que ambos pretendíanpartir a Europa. De esta forma, la muchacha adquiere los rasgos de la pérdida, del dolor y de la incomprensión: “Esa había sido su verdadera posesión por pérdida. Nieves ganaría espacio incluso después de muerta, caería a destiempo en otra vida, la de Julio, que se definía por esa gélida caricia, la gota que lo lamía por dentro y volvía para demostrar lo que no fue pero existía” (126).
Hacia el finalde la novela, sin embargo, Valdivieso se entera no sólo de que la decisión de su amante se ve motivada por los esfuerzos de su familia para evitar las incestuosas relaciones entre ambos, sino que es incluso probable que el propio Valdivieso confundiera el lugar de la reunión. La plaza vacía que dejan como huella los antiguos amantes constituye un espejismo que explota con inusitada fuerzaesparciendo esquirlas por toda la novela.
El testigo está regido, entonces, por la ambigüedad y online casino la confusión. Todo es enigma, todo es engaño. El embuste del Niño de los Gallos, las mentiras de Edgar Noriega, el plagio de Julio Valdivieso a la tesis de los Contemporáneos son sólo algunas de las distorsiones de la realidad que evidencia el texto. El embuste de Olga Rojas es un ejemplo...
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