Licenciado

“El obispo de los indios”
Monseñor Leonidas Proaño
Por: Pablo Falcón

“… Valore y haga valorar, respete y haga respetar ese tesoro que constituyen los pueblos indígenas de nuestra patria…”
Leonidas Proaño

“Me viene una idea, me sobreviene una idea, que la Iglesia es la única responsable de la situación de los indígenas. ¡Qué dolor! ¡Qué dolor! Y yo estoy cargando con ese peso desiglos…Qué dolor, qué dolor” fueron las últimas palabras de quien fue en vida un ángel en la tierra. El 31 de agosto de 1988, a las tres y media de la mañana murió el Monseñor Leonidas Proaño, a los 75 años de edad, rodeado de una sombra que lo acompañó durante toda su vida: la pobreza.

La teología de la liberación

A comienzos de los años 70, una corriente de teólogos, y a la luz del evangelio,interpretó los hechos estructurales de pobreza e injusticia de América Latina como problemas estructurales que afectan a los más pobres, por lo que en un primer momento desde la práctica teórica se intentó poner freno a dichos problemas.

Es cuando aparece la expresión “teología de la liberación” que fue propuesta por primera vez por Gustavo Gutiérrez en 1968, quien la definió como “la reflexión críticade la praxis histórica a la luz de la palabra de Dios”. Este movimiento entre uno de sus postulados que se afirman es la presencia de Cristo en los pobres y por ello hay que liberarlos mediante la reflexión, la crítica. Otro postulado y basado sobre la Revelación Cristiana es poner práctica a través de la acción pastoral la caridad evangélica.

Cabe anotar que en la “teología de la liberación”existen cuatro corrientes: la primera reflexiona sobre las actividades tanto de los pastores de la Iglesia institucional como de sus fieles cristianos, mediante estudios bíblicos, antropológicos y éticos; la segunda se inspira en la praxis revolucionaria de grupos de cristianos, quienes identifican la opción por los pobres con el socialismo; la tercera se identifica con los grupos popularescristianos conscientizados y organizados en Comunidades Eclesiales de Base que usan elementos y categorías marxistas criticados por el nuevo horizonte que da la fe; y la última reflexiona sobre las actividades del “pueblo” latinoamericano como sujeto de una historia, cultura y proyecto histórico común y cuyo núcleo son los pobres. El “taita amito” como lo llamaban los indígenas a Monseñor Proaño fuefiel seguidor de la tercera corriente.






Leonidas Eduardo Proaño Villalba, nació en San Antonio de Ibarra, el 29 de enero de 1910. Sus padres: Agustín Proaño Recalde y Zoila Villalba Ponce, quienes fueron tejedores de sombreros de paja toquilla y campesinos que sembraron el maíz. Para esos tiempos San Antonio de Ibarra era un pueblo pobre, pasó por una época de bonanza gracias a lasesculturas y tallas de madera artísticas, que sus habitantes elaboraban para su venta. En este contexto, “Eduardito” como lo llamaba su familia, se educó en la escuela fiscal “Juan Montalvo” de su parroquia, luego pasó al Seminario Menor San Diego de Ibarra y concluyó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Mayor de Quito. Es así que a los 26 años de edad, recibió la orden de sacerdocio de manos delclérigo Carlos María de la Torre el 4 de julio de 1936.

Ver, juzgar y actuar

La formación clerical de Monseñor Proaño (además del latín, el francés, la filosofía, la escolástica y la teología) fue luchar contra el “modernismo” condenado por los Papas; contra el liberalismo para volver “al reinado de Cristo”; y contra el “protestantismo” que desafiaba el predominio de la Iglesia católica.Monseñor Proaño era un buen estudioso y disciplinado de todo lo que aprendió y así inició su sacerdocio en la provincia de Imbabura, junto al obispo Mosquera y a un grupo de sacerdotes jóvenes entre los cuales se encontraba uno de sus mejores amigos: Carlos Suárez Veintimilla.

Por otro lado, ante el avance de la izquierda y el fomento de la organización popular en los sectores de los...