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“Terrorismo y cine español: del chantaje ideológico al desencanto”

El terrorismo es el convidado de piedra en el cine español.
Mientras que una guerra que duró tres años, la Guerra Civil, se ha abordado en más de cien películas, el terrorismo de ETA, banda que lleva en activo casi cuatro décadas y se ha cobrado cerca de 1000 víctimas, apenas se ha dejado ver en una veintena de películas.Películas que en la mayoría de los casos, han sido producidas de forma muy modesta, que han alcanzado una distribución, si se me permite la expresión, anecdótica.
Podríamos interrogarnos acerca de los motivos de este silencio, y sólo llegaríamos a hipótesis más o menos razonables.

-En los primeros años, la censura franquista se empeñaba en dar una imagen bucólica, pacífica y apartada de la realidadde España, con lo cual el terrorismo era un tema tabú que había que silenciar.
-Con la llegada de la democracia, era de esperar que la cuestión del terrorismo asaltara los cines, pero no fue así. Solo aparecieron unos pocos títulos que de manera aislada, abordaron el tema, equivocadamente o no, pero con valentía y sentido del riesgo.

El género cinematográfico que mejor se hubiera adaptado alas necesidades de un país como España, que estaba viviendo una Transición política, en pleno proceso de cambios, hubiera sido el thriller político. Pero en España, no tenemos tradición de thriller ni de género negro. Ha habido pioneros que han abordado el género en nuestro país, cineastas como Edgar Neville, Fernando Fernán Gómez, Jesús Franco o Antonio Isasi Isasmendi, pero no dejan de serexcepciones a la norma. Y la norma en España viene impuesta por la tradición picaresca, por el humor, por la comedia.
Por otro lado, es evidente el respeto reverencial con el que los cineastas españoles tratan a las autoridades. Mientras en otros países, se juega con los gobernantes, y se aventuran hipótesis maliciosas, los productores españoles parecen haber firmado un pacto no escrito para evitar lasagresiones a la clase política. Citemos un ejemplo para entendernos: en Poder absoluto (1997), Clint Eastwood plantea la idea de que el presidente de Estados Unidos es un asesino. Eso es algo imposible en nuestras fronteras.

A pesar de todos los atentados que se produjeron entre 1977 y 1982, el cine español decidió dar una visión cómica e ingenua de la Transición, incluyendo más elementos dedestape que de concienciación social.
Sólo con citar algunos de los títulos que abordaron la Transición y sus consecuencias políticas, podremos hacernos una idea de cómo estaba el patio:

-El fascista, la beata y su hija desvirgada (1978), de Joaquín Coll Espona
-El día del presidente (1979), de Pedro Ruiz
-Cara al sol que más calienta (1980), de Jesús Yagüe
-127 millones libres de impuestos(1980), de Pedro Masó
-Aberraciones sexuales de un diputado (1981), de Justo Pastor
-El fascista, doña Pura y el follón de la escultura (1982), de Joaquín Coll
-¡Que vienen los socialistas! (1982), de Mariano Ozores

Como afirma Eduard Bosch, director de El viaje de Arián (2001), “En otros países tienen el Vietnam o el IRA, pero nosotros apenas hemos tocado el asunto terrorista. Creo que hacefalta un poco más de cine reflexivo, que trate temas de fondo y se alterne con el cine de entretenimiento”.

¿Pero a qué se debe este silencio respecto a una cuestión que, precisamente, es una de las principales preocupaciones de la población? Este silencio se debe, y aquí nos atrevemos a especular, al miedo. Miedo a las represalias de expresarse y tomar partido. Miedo a una opinión pública quepuede ser intransigente. Miedo al terrorismo que se cobra víctimas sin compasión, atacando a la población civil. Las heridas siguen abiertas, y en determinados círculos sociales –las asociaciones de víctimas del terrorismo–, se ve con poca simpatía que se otorgue protagonismo, aunque sea en la ficción, a los terroristas.

Según Ángel Amigo, productor de varias películas relacionadas con el...