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Páginas: 5 (1058 palabras)
Publicado: 3 de febrero de 2013
El confuso juego de Siria
El costo de la no intervención ha sido alto, pero el de una interferencia externa en el conflicto podría ser aún más por la cantidad de actores y factores implicados: religiosos, sectarios, políticos y económicos.
La revuelta que vive Siria se radicalizó tras el abandono total de los rebeldes al plan de paz avalado por las Naciones Unidas, y ahora estándispuestos a enfrentarse con todas sus fuerzas al régimen de Bashar Al Assad, que de plano ha descartado rendirse. ¿Qué vendrá? Los escenarios son variados.
Siria se está sumiendo en una guerra civil por las luchas cada vez más encarnizadas entre los rebeldes armados y el Ejército, ya que el Gobierno nunca respetó el plan de paz del enviado internacional Kofi Annan por razones de “supervivencia”, tal ycomo confesó, lo que hace entrever que con el respaldo seguro de Rusia y China, el dictador respira con tranquilidad.
“La aceptación del plan de paz de Annan era para Al Assad un mero paso estratégico: sabiendo que sería ineficaz para frenar la violencia, esperó para obtener conocimientos sobre las estrategias militares de sus opositores y atacar mejor”, explicaba Barah Mikail, analista delthink tank europeo Fride.
Unas dos mil personas han muerto en Siria desde la fecha en que supuestamente debía regir la tregua de la ONU (el 12 de abril de 2012), de acuerdo con el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres. El conflicto que comenzó entre la oposición y el régimen sirio en marzo de 2011 ha causado, según Naciones Unidas, más de 10.000 muertos,230.000 desplazados internos y 60.000 refugiados en los países limítrofes.
Al Assad tuvo éxito al vender su discurso fatalista de que su salida representa el caos para Medio Oriente, algo que tampoco luce descabellado imaginar en una región vulnerable a cualquier cambio, donde grupos como Hamás y el Hezbolá, considerados movimientos terroristas, consiguen en Damasco el apoyo necesario para susiniciativas.
El costo de la no intervención ha sido alto, pero el de una interferencia externa en el conflicto podría ser aún más por la cantidad de actores y factores implicados: religiosos, sectarios, políticos y económicos, como reconocía Thomas Friedman, experto en temas del Medio Oriente y columnista de The New York Times.
La reciente matanza de Houla con más de 100 muertos –conobservadores de la ONU dentro de Siria como testigos–, no hizo más que desacreditar al régimen que culpa a los “terroristas extranjeros” de estos actos cuando todo indica lo contrario.
Guerra entre clanes
Las petromonarquías árabes contrarias al shiísmo alauí que regente el poder en Siria, junto a algunos gobiernos europeos, han suministrado apoyo a los rebeldes con armas y dinero, y el hechode que en una semana más de 100 oficiales del ejército de Al Assad murieran, demuestra que la insurgencia se envalentona.
Con los cartuchos diplomáticos agotándose o agotados, Europa y EEUU quieren lograr una asfixia económica y política que acelere la transición de Damasco, pero esta resultará positiva dependiendo de quiénes la conduzcan al interior. Ya son pocos los que creen que Al Assadpodrá mantener el poder en los próximos meses o año.
“A medida que se extiende la sangrienta masacre en Siria, los grupos militantes de orientación islamita adquieren mayor influencia”, decía la analista político de la agencia DPA, Anne-Beatrice Clasmann.
Eso es precisamente lo que más se teme. En los años ochenta Washington y naciones europeas armaron al talibán en su lucha contra lossoviéticos. Dos décadas más tarde ese movimiento le declaró la guerra a muerte a Occidente. El fantasma de que esa historia se repita es el que asusta a muchos gobiernos que están conscientes de que para algunos la salida de Al Assad es una puente para consumar el caos y expandir la guerra.
“Un cambio de régimen, casi por definición, crea la obligación de construir una nación. Si no, el orden...
El costo de la no intervención ha sido alto, pero el de una interferencia externa en el conflicto podría ser aún más por la cantidad de actores y factores implicados: religiosos, sectarios, políticos y económicos.
La revuelta que vive Siria se radicalizó tras el abandono total de los rebeldes al plan de paz avalado por las Naciones Unidas, y ahora estándispuestos a enfrentarse con todas sus fuerzas al régimen de Bashar Al Assad, que de plano ha descartado rendirse. ¿Qué vendrá? Los escenarios son variados.
Siria se está sumiendo en una guerra civil por las luchas cada vez más encarnizadas entre los rebeldes armados y el Ejército, ya que el Gobierno nunca respetó el plan de paz del enviado internacional Kofi Annan por razones de “supervivencia”, tal ycomo confesó, lo que hace entrever que con el respaldo seguro de Rusia y China, el dictador respira con tranquilidad.
“La aceptación del plan de paz de Annan era para Al Assad un mero paso estratégico: sabiendo que sería ineficaz para frenar la violencia, esperó para obtener conocimientos sobre las estrategias militares de sus opositores y atacar mejor”, explicaba Barah Mikail, analista delthink tank europeo Fride.
Unas dos mil personas han muerto en Siria desde la fecha en que supuestamente debía regir la tregua de la ONU (el 12 de abril de 2012), de acuerdo con el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres. El conflicto que comenzó entre la oposición y el régimen sirio en marzo de 2011 ha causado, según Naciones Unidas, más de 10.000 muertos,230.000 desplazados internos y 60.000 refugiados en los países limítrofes.
Al Assad tuvo éxito al vender su discurso fatalista de que su salida representa el caos para Medio Oriente, algo que tampoco luce descabellado imaginar en una región vulnerable a cualquier cambio, donde grupos como Hamás y el Hezbolá, considerados movimientos terroristas, consiguen en Damasco el apoyo necesario para susiniciativas.
El costo de la no intervención ha sido alto, pero el de una interferencia externa en el conflicto podría ser aún más por la cantidad de actores y factores implicados: religiosos, sectarios, políticos y económicos, como reconocía Thomas Friedman, experto en temas del Medio Oriente y columnista de The New York Times.
La reciente matanza de Houla con más de 100 muertos –conobservadores de la ONU dentro de Siria como testigos–, no hizo más que desacreditar al régimen que culpa a los “terroristas extranjeros” de estos actos cuando todo indica lo contrario.
Guerra entre clanes
Las petromonarquías árabes contrarias al shiísmo alauí que regente el poder en Siria, junto a algunos gobiernos europeos, han suministrado apoyo a los rebeldes con armas y dinero, y el hechode que en una semana más de 100 oficiales del ejército de Al Assad murieran, demuestra que la insurgencia se envalentona.
Con los cartuchos diplomáticos agotándose o agotados, Europa y EEUU quieren lograr una asfixia económica y política que acelere la transición de Damasco, pero esta resultará positiva dependiendo de quiénes la conduzcan al interior. Ya son pocos los que creen que Al Assadpodrá mantener el poder en los próximos meses o año.
“A medida que se extiende la sangrienta masacre en Siria, los grupos militantes de orientación islamita adquieren mayor influencia”, decía la analista político de la agencia DPA, Anne-Beatrice Clasmann.
Eso es precisamente lo que más se teme. En los años ochenta Washington y naciones europeas armaron al talibán en su lucha contra lossoviéticos. Dos décadas más tarde ese movimiento le declaró la guerra a muerte a Occidente. El fantasma de que esa historia se repita es el que asusta a muchos gobiernos que están conscientes de que para algunos la salida de Al Assad es una puente para consumar el caos y expandir la guerra.
“Un cambio de régimen, casi por definición, crea la obligación de construir una nación. Si no, el orden...
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