Licenciatura En Psicología

CUANDO EL APRENDIZAJE ES UN PROBLEMA (Graciela Frigerio)
Utopías organizadoras de futuro para viejos y nuevos soñadores
Graciela Frigerio nos ha ofrecido a través de sus teorizaciones y producciones, una mirada distinta acerca de la función que cumplieron, cumplen o deberían cumplir la sociedad, el Estado, la escuela.
Cuando se piensa en representaciones, no se trata de hacer un recuento,mucho menos una taxonomía, sino de dar cuenta de la perspectiva de la que se mira, lo que significa dar cuenta de la trama en la que se inscriben y se moldean las representaciones.
La trama solo puede ser aprehendida, aparentemente, desde dos perspectivas, desde muchos años lamentablemente separadas, y desde nuestra óptica necesaria y absolutamente compatibles y articulables.
La trama a su vez seinscribe en un contexto bien particular. Contexto reenvía palabras muy duras: crisis, pobreza, miseria. Todas expresiones que “caen” sobre el texto que nos convoca: la institución educativa.
Hace ya muchos años nos habían advertido: “Dios ha muerto”. La afirmación de Nietszche no produjo sin embargo trabajo de duelo alguno, y asi fue como las religiones sobrevivieron a las sombras del anuncio.Algunos sujetos, algunos actores, encontraron en el pliegue del anuncio la forma de sostener y pelear viejas doctrinas, otros se aventuraron en tópicos cuyas doctrinas desconocían.
La noción del Occidente, que juntó y dividió al mundo, hoy se ve resignificada. El muro que parecía eterno cayó sin mayor preaviso. Asistimos a la implosión de los países del Este. Las cláusulas mínimas del antiguocontrato social, que crearon Estados para suprimir la barbarie, no parecen estar operando en el mundo.
¿Y que nos dicen ahora? Nos dicen que la Modernidad ha muerto. No se publicitó aún el entierro de la Modernidad: la misma perdura e un estado ruinoso en algunos casos, o a medio construir en otros, como esos edificios que los obreros abandonan después de haber puesto los cimientos, dando lugar a quecrezcan los pastos, a la suerte-
Entre ambas observaciones (“Dios ha muerto” y “La Modernidad ha muerto”) pasaron tiempos y desmentidas. Y entre tiempos y desmentidas de la sociedad continuó levantando edificios cuya identificación con un estilo, una época, o un título, no fue siempre fácil. No era (no es) fácil caratular. La dificultad seguramente tiene que ver con lo que afirma Castoriadisacerca de que “las construcciones sociales se levantaron sobre las ruinas de órdenes simbólicos e imaginarios anteriores, los que constituyen un sustrato tan estructurante como el nuevo proyecto”.
La escuela como institución es uno de esos edificios. En apariencia vinculada al estilo de la Modernidad pero levantada sobre cimientos y ruinas de otros tiempos y órdenes sociales.
La modernidad le dio ala escuela fachada, volumen, extensión y la pobló de muchos sueños: sueños de los poderes públicos y sueños de los sujetos sociales.
La cuestión que se nos plantea es que frente al anuncio del fin de la Modernidad, circula y se vehiculiza en anuncio de la caducidad de la institución educativa. ¿Qué ocurrirá entonces con esas instituciones ahora en el centro de un debate sobre su destino, yseñaladas a su vez como centros de supuestos despliegues de autonomías? Desde mi perspectiva, falsas autonomías decretadas por apéndices, habitados por pesadillas, ya que se encargaron de ahuyentar los sueños.
Sinceramente, no lo sé. No podría decir que estoy segura. Por momentos me resulta difícil decir que la Argentina es posmoderna. Se me ocurre que en esta situación hay un deslizamiento de sentido.Deslizamiento por el cual las estructuras de discursos circulan en patineta sobre tierras extranjeras. La extranjeridad es ahora nuestra, y es requisito para un conocimiento.
Por supuesto que el conocimiento sólo es posible por un movimiento de aventura en un espacio a conocer que se preste para la creación de un sentido.
Toda posición imaginaria vinculada a la creación de un conocimiento...