Licenciatura

Presentación

Pocos autores consiguen llevarnos de la mano hacia un reino de la fantasía y realidad en la que todo puede suceder, como “Oscar Wilde”.
En esta narración contamos como un fantasma incomprendido que arrastraba cadenas oxidadas el cual ya no asustaba a nadie.

El fantasma de Canterville
Cuando míster Iram B. Otis ministro plenipotenciario de América compro Canterville Chasetodo el mundo le dijo que cometió un gran error, pues aquel castillo estaba embrujado. Incluso el señor Lor Canterville se lo advirtió cuando trataron con condiciones la compraventa.
-Mi familia y yo- dijo el señor Canterville- nos hemos negado a vivir allí desde hace mucho tiempo. Desde que a mi tía abuela viuda de Bolton tuvo un susto del que jamás se recobro cuando un día sintió unas manos deesqueleto mientras vestía para la cena contesto Lor Canterville. El fantasma acido visto por barios miembros de la familia dijo Lor Canterville –señor Caterville contesto el ministro –comprare el castillo con todo y fantasma .soy un hombre moderno estoy seguro que si todavía que da un fantasma alguno de los jóvenes de mi país lo atrapara para colocarlo en uno de nuestros museos o para exhibirlocomo fenómeno de feria.
-El fantasma existe – el señor Caterville –hace mas de tres siglos que se le conoce. - ¡bah! Los fantasmas no existen –contesto el señor Otis . –Bueno, si a usted le gusta tener un fantasma en casa, ¡Que mejor!; Solo recuerde que yo lo previne- concluyo el señor Canterville.
Después de unas semanas se cerró el trato, y el señor Otis y sufamilia se mudaron al castillo.
La familia Otis estaba formada por el ministro, la señora Lucrecia, su hijo mayor llamado Washington, su hija llamada Victoria y dos pequeños gemelos. El ministro mando a que los recogieran a la estación más próxima.
Cuando llegaron los recibió en el zaguán una anciana vestida de seda negra con delantal y cofia blanca esperándolos para darles la bienvenida era misúname. La siguieron hasta la biblioteca, ahí se iba a servir el té.
A la hora de la cena empezaron a observar el castillo y la señora Lucrecia encontró una mancha roja y le pregunto a mis úname que había derramado ahí- mis úneme le contesto- se ah derramado sangre. -¡Que horror!, no me gustan las manchas de sangre en un salón, hay que limpiarlo de inmediato dijo la señora Lucrecia- y le contestomis úneme- es la sangre de Lady Leonor de Canterville que murió misteriosamente-replico la empleada-, y dicen que su alma sigue en pena, vagando por el castillo.
Es imposible borrar esa mancha.- ¡Tonterías! Exclamo Washington, el quitamanchas Campeón pinkerton y el detergente Paragón lo quitaran. Y antes que la empleada pudiera impedir que Washington saliera del comedor regreso con un frasco y searrodillo para frotar la mancha con el líquido. A los pocos instantes había desaparecido-¡Yo sabia que el pinkertón y el paragón la quitaría!-(Exclamó en tono triunfante), pero apenas había pronunciado esas palabras un relámpago ilumino toda la estancia y retumbo un gran trueno que hizo que la empleada se desmayara. Cuando volvió en si, la mujer le comento al señor Otis que había escuchado cosasterribles de aquel castillo.
Ellos le aseguraron que no tenían miedo de ningún fantasma. La tormenta continúo toda la noche, sin que sucediera nada extraordinario. A la mañana siguiente, cuando la familia bajo a desayunar, encontraron nuevamente la mancha en el piso. Washington comento que no era culpa del líquido que había usado. Nuevamente froto la mancha y esta desapareció. Sin embargo al díasiguiente apareció de nuevo. Durante varios días sucedió lo mismo: quitaban la mancha y al día siguiente aparecía.
La familia Otis comenzó a aceptar la existencia del fantasma. Una noche después de la cena toda la familia se retiro a sus habitaciones, cuando el reloj marco las once y media, todas las luces del castillo ya estaban apagadas.
Al poco rato el señor Otis se despertó había...