Liderazgo
Sistemáticamente me topo con gente brillante que ante determinada coyuntura no puede verse a sí misma ni puede comprender sus sesgos, complejos y esquemasde compensación que intentan esconder sus "deficiencias" de personalidad.
No es la falta de técnica administrativa y ni siquiera de liderazgo lo que más acaba por impactar a un negocio, sino elconocimiento de las conductas inconscientes y automáticas de uno mismo, así como la lucidez para el reconocimiento de fortalezas y debilidades individuales.
Es paradójico observar cómo al tiempo quelas empresas pierden vigencia, disminuyen su penetración de mercado o incluso quiebran, los líderes en turno quedan confundidos, sin poder explicar nada, y culpando al entorno y a todo el mundo.
Hayuna ignorancia enorme alrededor del funcionamiento del psique y esto obedece a que seguimos atrapados en el paradigma capitalista-científico: ver para creer. El tema es con qué lentes estamos viendo.Tener una maestría en negocios no garantiza que el tomador de decisiones esté versado en su proceso personal y de toma de decisiones; quizá al contrario: entre más instruido en técnicas denegocio, más propenso a la ceguera será.
Es que entre los cientos de miles de libros sobre estrategias de negocios, brilla por su ausencia la palabra subconsciente, mientras que en las clases deadministración en las universidades ni en cuenta se toma, sino se le ve con desdén.
Si alguien menciona que está trabajando temas psicológicos, lo tachan de "loquito". Si nos duele el pecho, la cabeza o elestómago, vamos al médico; pero si duele lo emocional o tenemos duda existencial, nos aguantamos o, peor, lo negamos, hasta que la energía reprimida brota por otro lado de manera descontrolada.
Y...
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