Liderazgo
EL PODER DE LA PALABRA
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informaron allí mismo, ha habido ganado alzado en otro tiempo; pero en el día no
existe, y en clase de cuadrúpedos solo hemos visto ciervos, lobos anfibios, cerdos
cimarrones, carpinchos y rastros frecuentes de tigres.
Los títulos primitivos designan así la isla: "La isla de Gonzalo Alvarez ó de
Paicarabí, está situada como á ocho leguas,poco más o menos de esta ciudad
(Buenos Aires) á la otra banda del río de las Palmas, cercada de cinco Paranás,
poblada de casas, árboles frutales y viñas; y en ella tuvo uno de los ascendientes
del propietario un establecimiento de pastoreo por los aflos de 1761 y 62".
La carta en cuestión demuestra su interés por el aspecto lexicográfico
de los temas: nomenclatura de árboles; exactitud en laaplicación de los
vocablos, que le lleva a preferir algunos tachados de "técnicos o raros", de
lo que se defiende con ahínco. El carácter de galicismo de alguno de esos
términos como constatar, del que sin embargo se jacta, indican una actitud
lingüística no atada a la norma y resulta útil para determinar el uso
temprano de esa palabra entre nosotros; el testimonio del empleo de reciénjunto a verbo conjugado, permite seguir la línea de continuidad de tal
empleo en nuestro país.
MARÍA LUISA MONTERO
Buenos Aires, Argentina.
EL PODER DE LA PALABRA
Cuando retumban, creadoras
y nuevas, las palabras, y
cuando los dioses lanzan los
dados... FEDERICO NIETZSCHE
Lo innombrado es lo ignorado. La palabra es punto de partida de todo
lo que es humano. La correspondenciaentrejos hombres y el mundo pasa
siempre por la mediación de la palabra. Ella es voz que nombra la realidad,
es referencia y signo que determina todas las representaciones. Las edades
de los hombres suelen dibujarse sobre algunas particulares palabras. Dios,
THESAURUS. Tomo XLVIII. Núm. 2 (1993). Rafael FAUQUIÉ. El poder de la palabra
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RAFAEL FAUQUIÉ
TH. XLVIH, 1993
eternidad,cielo, infierno: por siglos fueron esas las palabras encargadas
de referir las inamovibles certezas de los hombres. Progreso y civilización
fueron, luego, las palabras que, incansablemente, repitió una modernidad
que, largamente, dura hasta nuestros días. El presente repite, hoy, palabras que nombran la vida y el tiempo como precariedad, como
vulnerabilidad y como riesgo; también como equilibrio einterrelación,
como entretejido e inexorable dependencia mutua. Nuestro tiempo ha
recuperado, por ejemplo, una antiquísima palabra griega: oikos. Oikos
significa entorno, habitat. De ella han nacido 'ecología' y 'ecosistema':
términos que aluden a la natural realidad de un diálogo existente entre
todas las cosas presentes en el mundo.
Nuestros apresurados días hacen repetirconstantemente alos hombres
palabras como 'reciprocidad' o 'convivencia'. Reciprocidad alude a
comportamientos análogos entre el otro y el yo: reunión de individualidades
en mutuo e interminable hacerse. Convivencia remite a cercanía: los seres
humanos vivimos cada vez más próximos los unos de los otros, y todos,
juntos, compartimos espacios que comienzan a clausurarse. Reciprocidad
y convivencia significan,a fin de cuentas, lo mismo: reunión de
particularismos coexistiendo en el interior de una realidad común, de un
similar espacio. Toda individualidad forma parte y, a la vez, depende de
ese entorno que la rodea y complementa. Todo ser humano es egoísta ante
su entorno. Es egoísta por necesidad: de sobrevivir, de conservarse, de
proyectarse, de crecer... Desde su propia interioridad, el yovislumbra un
mundo que es otredad, que es extrañeza e ventualmente amenazante. En su
íntimae irrenunciable subjetividad, el yo percibe un mundo independiente
de él e indiferente a él. Sólo existen algunas ínfimas parcelas que atañen
a mi yo. Ortega y Gasset las llama "campos pragmáticos": delimitaciones
de interés, cercanías insoslayables que van dibujando un mapa de la vida de cada ser...
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