Liderzgo
DESAFIANDO A GOLIAT
Por Stephen C. Perks Hay muchas cosas que el Cristiano como individuo y la familia Cristiana pueden hacer en sus vidas para dar testimonio de la fe por la manera como viven, mostrando así la naturaleza de la antítesis que existe entre la vida de fe en Cristo y la manera en que el mundo vive. En nuestra conducta personal, en nuestra conversación, en los principios éticosde los que damos testimonio en nuestros tratos con otros, en la manera como nos conducimos como solteros y como casados en contraste con la inmoralidad dominante del mundo secular, en la manera como criamos y educamos a nuestros hijos – en todas estas áreas, y muchas más, el Cristiano como individuo y la familia Cristiana debiesen establecer un ejemplo hacia los no-creyentes que desafíe la“sabiduría” recibida del mundo. Pero existen límites a lo que puede lograr el testimonio del Cristiano como individuo y las familias Cristianas aisladas comprometidas con la práctica del estilo Cristiano de vida. Si el mundo verdaderamente va a ser trastornado por la fe Cristiana, es decir, si nuestra cultura en su totalidad ha de ser cambiada para bien y conformada a la voluntad de Cristo como se presentaen su palabra revelada, la Biblia, y si nuestra nación una vez más va a empaparse de una cosmovisión Cristiana que llegue a sustituir a la cosmovisión humanista secular que hoy domina a la sociedad, la Iglesia, como el cuerpo de Cristo, debe comenzar a vivir como una comunidad de fe que impacte la totalidad de la vida y la sociedad, y no solo desafiando a la cultura secular dominante, sinotambién ofreciendo, a través de su vida corporativa de fe, una alternativa realista a la cultura de la muerte del humanismo secular, a saber, una cultura global de vida en Cristo. Aunque los Cristianos y las familias individuales ciertamente pueden lograr mucho poniendo por obra su fe de manera práctica en sus vidas, la nación como un todo no será discipulada para Cristo una vez más hasta que la Iglesia,i.e. el cuerpo de Cristo como un todo, comience seriamente a tomar su misión cultural una vez más. No estoy hablando aquí solo sobre la Iglesia institucional, mucho menos acerca de las denominaciones. Más bien estoy hablando de la Iglesia como un organismo, una comunidad viviente de aquellos que creen en Cristo y en el poder del Espíritu, operando a través de su palabra, para transformar nosolamente vidas individuales sino culturas totales. Tal transformación requiere que los Cristianos actúen juntos en traer el evangelio sobre nuestras vidas y la sociedad. Por ejemplo, algunos médicos generales ahora ofrecen consejería a los pacientes como parte de su atención. Han comenzado a reconocer que los seres humanos son más que un complejo de procesos biológicos, y que su condición psicológicay espiritual afecta su salud física. Por lo tanto, la respuesta a muchas dolencias puede que no sea meramente una droga, sino el tratamiento de su vida mental y también de la conducta. El problema es que la base filosófica sobre la cual se ofrece esta consejería no es Cristiana. Asume un modelo noCristiano del ser humano. Pero, ¿qué pasaría si las prácticas de los médicos generales ofrecieranservicios médicos sobre la base de un modelo Cristiano del hombre como un ser hecho a la imagen de Dios y quien, por lo tanto, puede ser restaurado a la plena salud,
espiritual, psicológica lo mismo que física, cuando es restaurado al compañerismo con Dios en Cristo? ¿Qué pasaría si, en lugar de la consejería humanista secular, las personas fuesen a médicos generales Cristianos y se les ofrecieraconsejería Cristiana? ¿No sería este un medio muy efectivo para aplicar el evangelio de manera práctica? Esta no es, de ninguna manera, una idea novedosa. De hecho, lo que es novedoso es el abandono de tal idea. La Iglesia a lo largo de su historia ha visto la provisión de cuidado médico como una de sus misiones principales en el campo misionero. Pero ya no lo hace, excepto en períodos de...
Regístrate para leer el documento completo.