Lidia Fernandes y Vida Social

Vivir en Buenos Aires puede ser un privilegio. Y es por esa posibilidad que históricamente muchos se han desplazado hacia ella -y hoy lo siguen haciendo-en busca de lo que en otros lugares resulta difícil obtener: trabajo, salud, educación, agua corriente, cloacas, transporte, recreación.

Si bien los indicadores sociales de la ciudad en general resultan de los más favorables del país, cuandose analizan conglomerados en forma sectorizada, como lo hacen los Servicios Sociales Zonales en cada una de las comunas, vemos que los beneficios no alcanzan a todos sus habitantes, que la fragmentación territorial es grande y la polarización social evidente, no solo al compararlas entre sí, sino al interior mismo de algunas de ellas.

Sin duda esto responde a un proceso histórico que se remontaal momento en que Buenos Aires centralizó el poder en el país reciente. A partir de allí, toda la nación miró hacia la ciudad, y ésta, a Europa. Parte de la arquitectura y belleza de muchos de sus barrios tiene su origen en esa mirada admirativa hacia el exterior por parte de aquellos sectores con poder para reproducir la forma de vida y las representaciones materiales de las ciudades europeas.Por otro lado, mucho de su crecimiento se debe a que cuando aquel continente fue asolado por la miseria y la guerra, una considerable cantidad de inmigrantes europeos eligieron la Argentina por aquello de la tierra fértil donde todo crecía. Sin embargo, esa tierra ya tenía dueños casi en su totalidad, y no hubo una política de asentamientos rurales, salvo excepciones. Gran parte de los inmigrantesse quedaron en la Capital. Luego de una primera etapa de hacinamiento en viviendas comunes o conventillos, desilusión y necesidades, pudieron ir creciendo, adaptándose y fusionándose con la sociedad local, formando familias y barrios al ritmo de los loteos que iban haciendo los favorecidos propietarios de grandes extensiones de lo que hoy es la Ciudad y su conurbano.

Los procesos deindustrialización comenzados alrededor de los años 30, atrajeron también a los migrantes internos. Para entonces, con menos tierras a disposición, muchos de ellos pudieron acceder a la vivienda propia comprando terrenos en las partes del territorio más despobladas y económicas: Floresta, Lugano, Mataderos, Liniers, Barracas y en el Gran Buenos Aires, que eran a la vez aquellas que tenían mayor capacidadde absorber mano de obra por la concentración de actividad industrial. Otros se restringieron a lugares fiscales construyendo viviendas precarias u ocuparon las deterioradas casas y conventillos dejados por quienes accedían a una mejor posición social.

Por entonces, la expectativa de que los hijos tuvieran un destino mejor, estaba sustentada en la posibilidad de una educación gratuita de calidady el ingreso a un trabajo estable en un marco de sistemas de protección social.

Es un dato de interés la actitud de los empresarios cuyas actividades se localizaron entonces en zonas suburbanas ya que dieron lugar al surgimiento de varios barrios, construyendo viviendas económicas y dignas para sus trabajadores, o facilitándoles tierras y materiales para construirlas. El Estado tambiénimplementó políticas de vivienda social, viviendas que en gran parte y por su calidad, hoy se cotizan a precios altos en el mercado inmobiliario.

Durante el transcurso del S.XX estas poblaciones fueron ganando derechos, accediendo a los beneficios de la ciudad y mejorando su status social, lo que dio lugar al gran estrato de clase media característico de la misma, aunque dentro del esquema dediferenciación territorial norte-sur que ya había marcado el proceso histórico y que la aparición de las políticas neoliberales habría de fortificar. También se sucedieron las nuevas migraciones de países limítrofes que se incorporaban a un cuadro donde apenas quedaban los márgenes por llenar.

La colonización del territorio de la ciudad por capitales internacionales y el mercado global a fines del S...