Lienzo de tepectipac
EL LIENZO DE TEPETÍCPAC: SU SENTIDO E INTERPRETACIÓN HISTÓRICA
Julio Cesar Morán Álvarez. Profesor titular de tiempo completo en el área de México Antiguo en la FES Acatlán. Colaborador en los siguientes proyectos de investigación: Seminario de Estudios del Pensamiento Político, Social de México en la Primera Mitad del SigloXIX (ENEP Acatlán), Seminario de Historiografía Mexicana (Instituto de Investigaciones Históricas), corresponsable del Proyecto del Seminario de México en el Diccionario Universal de Historia y de Geografía (Posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras), Macroproyecto de Historiografía Novohispana: Visión multidisciplinaria de fray Bernardino de Sahagún. Participación en decenas de eventosacadémicos nacionales y extranjeros. Publicación de 15 trabajos como autor, coautor y colaborador, entre los que podemos destacar: El pensamiento de Vasco de Quiroga: Génesis y trascendencia, México en el Diccionario Universal de Historia y de Geografía, La transición del Clásico al Posclásico en el Occidente de México, La Ciencia en el Diccionario Universal de Historia y de Geografía, El ideariopolítico-constitucional de José María Luis Mora.
El concepto de identidad, bajo cualquier circunstancia y sujeto que la detente, siempre dependerá de la memoria. Hombres o pueblos sin memoria no alcanzarían jamás a comprenderse a sí mismos, tanto para diferenciarse del otro, como para auto-reafirmar su propio ser. Los rasgos propios de un ente individual o colectivo, pertenecen al tiempo. Uno llega aser, en el sentido ontológico hegeliano, en la medida en que adquiere conciencia de su identidad, que dialécticamente significa, al mismo tiempo, diferencia con respecto a los demás. Es decir ontología y gnoseología se hallan íntimamente ligadas dentro del proceso de identidad. La memoria, por lo tanto, en cualquier momento, es la que da siempre los rasgos específicos que permiten llenar de contenidoa la identidad.
El mundo indígena desde la perspectiva actual
Página
51
México, Distrito Federal I Enero-Febrero 2009 I Año 3 I Número 18 Existen momentos en la vida de los seres humanos, como en la de los pueblos, donde la necesidad de la reafirmación y diferenciación se vuelve más exigente. La adolescencia, la madurez o la vejez, etapas de la vida que significan cambio y toma deposición en los individuos, no son otra cosa que momentos de transición. En los pueblos, al iniciar la construcción consciente de su civilización, en su máximo apogeo o en su declive y transformación, ante el peligro de perder la identidad, se produce la urgencia de reafirmarse para no confundirse y, con ello, diferenciarse del otro. A raíz de la Conquista de México, algunos de los pueblossubyugados, empezaron un periodo de decadencia que los llevó a perder su identidad o, por lo menos, ponerla en peligro, al imponerse la del invasor. Otros, se resistieron, encontrando cobijo en regiones inhóspitas o de difícil acceso; los más se fueron adecuando, mientras trataban de mantener, en una especie de sincretismo cultural, rasgos esenciales de su identidad, aprovechando la legislación indiana quelos separaba, internamente, en repúblicas o pueblos de indios. En zonas pobres, aisladas y lejanas del centro de la Nueva España, la identidad indígena, aunque con algunos problemas, se mantuvo. En cambio en el Altiplano Central, en regiones con minerales o riquezas naturales, fue siempre más difícil conservar la unidad de la comunidad y de su cultura. ¿Qué sucede con aquellos pueblos, como eltlaxcalteca (fig.1), que no es conquistado sino que colabora directamente con los invasores? La primera respuesta que lógicamente se daría es que el colaboracionismo los llevó a perder más rápidamente su identidad. Sobre todo al reconocer que no solamente fueron determinantes en el sitio y conquista de MéxicoTenochtitlan, sino que gran parte del expansionismo español al Norte se realizó a...
Regístrate para leer el documento completo.