Lilianavela

Eva Perón: integración social y política de las mujeres argentinas
Liliana Vela
Introducción
La posición de las mujeres en la sociedad argentina a comienzos del siglo XX no se
había modificado sustancialmente respecto de los criterios fijados para el sector desde
tiempos coloniales, ya que el Código Civil elaborado por Dalmacio Vélez Sarsfield,
puesto en vigor en 1871, las igualaba en imposiciónde tutela a los menores de edad y a
los incapacitados. No eran consideradas sujetos de derechos: carecían de libertad
individual para disponer de ingresos y de bienes propios, ejercer profesiones, asociarse,
llevar adelante acciones judiciales, entre otras limitaciones que, por supuesto,
comprendían el ejercicio político.
Aunque en diversos aspectos las corrientes inmigratorias durante el sigloXIX
produjeron cambios culturales significativos, no afectaron la posición de las mujeres en
la sociedad puesto que en la mayor parte de las culturas occidentales la subalternidad
femenina estaba naturalizada. El Estado, a través de la implementación de un sistema
educativo gratuito, obligatorio y laico, tendió a establecer bases culturales comunes.
Para las mujeres ésta resultó ser una oportunidaddecisiva en la formación y desarrollo
de una mirada crítica sobre su dependencia social, económica y política.
En este contexto unas cuantas mujeres de clase media junto a universitarias –la mayoría,
de origen inmigrante– se organizaron y demandaron derechos laborales, civiles y
políticos. El número de mujeres que componían estas organizaciones fue reducido, lo
que no les impidió ser muy activasen la producción de estrategias de integración social
y política. Pusieron en evidencia que el carecer de derechos no limitaba su capacidad de
intervención en el orden público a la vez que iban produciendo transformaciones en la
representación imperante que las asociaba sólo a actividades domésticas. Integraron
partidos políticos, elaboraron publicaciones propias, organizaron actos públicos yrealizaron simulacros de voto en las mismas fechas en que se llevaban a cabo elecciones
oficiales.
Una nota común a los distintos flujos inmigratorios fue que los nuevos pobladores
llegaban al país sin más recursos que sus fuerzas de trabajo. Las necesidades
económicas que padecían y las condiciones sanitarias en que arribaban y se establecían
se convirtieron en centro de la preocupación política;tanto los altos índices de
mortalidad infantil como, más tarde, la disminución de la tasa de natalidad, fueron
objeto de registros producidos y controlados por el estado a partir de los cuales elaboró
políticas tendientes a mejorar las prácticas de crianza relativas a las salud de los infantes
e incitar el crecimiento poblacional. Buena parte de esas políticas estatales exaltaban la
centralidad de lasfunciones, los valores maternales y la potencia femenina para receptar
los cambios y transmitirlos a su descendencia. Aunque ésta no fue una preocupación
exclusivamente local sino que se nutría de nociones dominantes en Europa a fines del
siglo XIX, sí presentaba cierta particularidad, común en países liberales
latinoamericanos, en cuanto a que el control no sólo recayó en las madres sino que seextendió a la familia, pero eran justamente las mujeres las responsables del orden moral
familiar y de su salud. De modo que el Estado a través de las políticas maternalistas y
poblacionales generó mecanismos de control poblacional; al mismo tiempo,
circunscribió a las mujeres al espacio hogareño y depositó en ellas la responsabilidad de
ser las forjadoras y vigías de la moralidad en la familia y,en particular, en la pareja.
Si por una parte las representaciones de herencia colonial marcaban a las mujeres con la

dependencia, por la otra, las transformaciones económicas de comienzos del siglo XX
requirieron el ingreso de obreras al mercado de trabajo, hecho que impactó en la
organización familiar y en la resignificación de roles, tanto privados como públicos. La
adquisición de nuevos...