Lima 2040

LIMA 2040
César Augusto Lengua
Nota del curador. Hace menos de dos décadas el país donde nací cumplió 200 años de lo
que, entonces, se llamó pomposamente el Bicentenario de su independencia, una
celebración eufemística y paradójica de un evento que, en realidad, marcó la toma del
poder político y económico de los criollos blancos que expulsaron a los españoles
monárquicos bajo la acusaciónde enriquecerse sobre los hombros de indígenas y esclavos
peruanos, para desterrar el virreinato y fundar una democracia, para enriquecerse sobre
los hombros de indígenas y esclavos peruanos. Los politicastros de ese 2021, una nueva
casta de ‘blancos’, anunció el inicio de una nueva era de libertad. Pero entonces no era
políticamente correcto hablar del tema. Hoy esta proscrito. Por esoescribo estos
encriptados. No para dejar un legado ni mucho menos. Si no porque descubrí por azar un
viejo código que me permite almacenar lo que se me ocurra, sin riesgo alguno, en un limbo
de nanodrafts de aGooZone, resultado de la violenta fusión de Google y Amazon, uno de
los tres conglomerados que rigen el comercio planetario de información. Es decir, el
comercio planetario de absolutamentetodo. Este es el primero que puedo sacar a la luz a
través de mi sirviente HAL.
Recordo. 229:0473: 98J. Tengo 84 años, 65 de periodista, 20 de escritor y he visto y
vivido la enorme transformación que ha sufrido la industria en más de medio siglo. He
respirado asbesto y plomo fundido en unos talleres donde el periódico se armaba a mano y
las galeradas se corregían leyendo ‘al revés’ loslingotes de plomo. Me he maravillado con
las primeras XT compatibles de 254K de memoria. He sobrevivido a varias oleadas de
convergencias. Y he vivido dando saltos tecnológicos hasta terminar trabajando en
goozone, mi news-farm geoimperio, donde soy actualmente editor o curador como dice en
mi código temporal.
Sin embargo, los créditos de mi exoesqueleto me han agotado y ya no me interesa dar elpaso a la clonación reversa, por lo que he decidido escribir sobre el tema al revisar, limpiar
y cambiar de escondite los viejos archivos de papel que atesoro, para preservarlos de los
Camisas Negras, esos malditos robots de la policía secreta.
Todo cambió a mediados de la década del 2010 cuando las tabletphones de grapheno
tomaron por asalto el mercado y se convirtieron en el principal canal deconsumo de
información permitiendo la eclosión – ¿para bien? ¿para mal?– de la cultura crossmedia,
preservada en miríadas de retazos de imágenes y hologramas dando la estocada final al
largo adiós de los diarios.
Entonces, muchas otras cosas empezaron a despedirse de nuestra especie. Aquí unas
memorias de lo destruido.
Enter 229:0473a: 98Ja. Cuando empecé las redacciones no tenían máquinasde escribir
eléctricas y, al cierre, te ponía eufórico el furioso tecleo de decenas de periodistas exudando
adrenalina en un gran salón, gritando por teléfono, escuchando fútbol o caballos en una

radio todo volumen, viendo noticieros o insultándose a grito pelado por cualquier cosa
mientras esperaban la aprobación de sus textos para largarse febriles... a seguir haciendo
periodismo congente de otras redacciones en cantinas que, si cerraban, lo hacían mucho
después de abrirse el día.
Escribíamos en carillas de papel periódico que la mayoría de redactores depositaba
temeroso en La Mesa de Redacción, donde el jefe de turno te fulminaba con una ceja para
que te quedaras esperando sin decir palabra –cuando no se burlaba de ti para distraerse
algo. Luego tus hojas pasaban portantas correcciones y consultas que, al final, ni tú
recordabas la entrada. Y, con suerte, te despachaban con un gruñido. Sísifo tecleando a tres
dedos. Recuerdo.
Hace ya mucho que trabajo en mi casa, supervisado por un roboserver mutante, demasiado
inteligente para mi gusto, a quien he bautizado –bien original yo– HAL, le Roboservant. A
él no le gusta nada pero no le queda otra que aguantarme y...