limon blues

El vasto movimiento de ficcionalización de la Historia, ese importante proceso de resemantización de personajes y sucesos reconocibles que caracteriza una gran parte de la producción narrativa continental de las últimas décadas implica, entre otras operaciones, apropiarse de la historia silenciada, impugnar la historia oficial, postular una narratividad de cuestionamiento y de pesquisa que sesitúa por encima del conformismo de las verdades consabidas, de las imágenes tradicionales, o de los discursos heredados a propósito de los mitos nacionales identitarios, por ejemplo.

En determinadas ocasiones esta tematización de la Historia ya no se concreta tan sólo a partir de una simple opción de verosimilitud y de intento de estricta o fiel representación de una determinado segmento de larealidad. Se establece o se postula, al contrario, una suerte de ruptura del pacto mimético, lo cual no puede sino introducir modificaciones sustanciales no sólo en el discurso narrativo en general, sino precisamente, y en particular, en la novela de tema histórico, tanto más cuanto que es precisamente en este tipo de obras donde la relación estrecha entre el signo y su referente parece resultarinherente y necesaria a su propia concepción, configuración y realización.

De modo que, junto con aquel intento de llenar los vacíos y suplir las carencias de la historia oficial, de exponer aquello que ha sido deformado u ocultado por los discursos historiográficos representativos de la “normalidad”, en ciertos casos la novela actual propone esta ficcionalización insistiendo en el reconocimientode que la veracidad de la materia discursiva es una función de su propia actividad lingüística y compositiva. Los textos subvierten la historia desde la certeza de que la literatura es actividad constituyente de significado y no mera actividad que significa, que la literatura es texto contingente y alusivo, invocador y configurador de una interdiscursividad dentro de la cual se inserta como opciónalternativa, como recurso y práctica potencial y no como palabra inalterable o discurso acreditado y consagrado (1).

Limón Blues, la novela de Anacristina Rossi, se inserta en este marco general y responde a estas consideraciones y, por cierto, también a otras, todo lo cual determina su singularidad y diferencia en cuanto producción estética, como se intentará poner en evidencia en esta breveintervención. Para ello, y después de una presentación de la novela, se emiten, por una parte, algunos comentarios en relación con la referencialidad y las perspectivas narrativas que instauran distintos códigos de representación, y con la propia materialidad del texto, por otra.


Referencialidad, narración, códigos de representación

En lo que concierne la referencialidad de Limón Blues(2), y como es sabido, nos encontramos ante un texto que incorpora elementos étnicos y culturales de la Historia costarricense por lo general obviados, voluntariamente olvidados o considerados como no pertinentes por la historiografía tradicional/ oficial.

Como lo ha puesto en evidencia la bibliografía sobre el tema, ya desde temprano existió en Costa Rica la idea de que su identidad se basabaprecisamente en la (auto)consideración de su población como una raza blanca, que no habría tenido mayor contacto con la población autóctona, menos aún con el componente étnico africano que, sin embargo, tuvo un notable desarrollo en Puerto Limón (3).

Es precisamente este puerto de la costa atlántica de Costa Rica el eje espacial axial de la novela de Anacristina Rossi. En este texto, de docecapítulos impares, anomalía explicada en una información preliminar (“Esta novela es la primera parte de un díptico, por eso sólo tiene capítulos impares. La segunda novela comprenderá los capítulos pares, que corresponden al Limón actual”, 11) se entrega, situándose al comienzo en un primer plano, la historia del joven jamaiquino Orlandus Robinson, quien fuera enviado por su madre a Costa Rica para...