limpiamos la sociedad
El mundo se rige por una ley de causa y efecto, en el caso de la limpieza social,
definida por Carlos Eduardo Rojas como “Un fenómeno fundamentalmente urbano y
dirigido contra un espectro específico de personas que tienen en común el pertenecer a
sectores sociales marginados y asumir comportamientos rechazados y considerados
como peligrosos por los agresores. En efecto, sus víctimas han sido en lo fundamental
delincuentes, recicladores, jóvenes y niños de la calle, homosexuales, prostitutas e
indigentes, todos ellos caracterizados por sus victimarios como
elementos no aptos
para convivir en sociedad
”, en efecto la causa es “eliminar a un espectro específico de
personas” porque nos inclinamos a pensar que las vidas de estos “espectros” valen
menos, porque en vez de ayudar a la sociedad la perjudican de cierta forma, más no
nos damos cuenta del verdadero problema: nosotros mismos. La cuestión es que nos
importa más la causa y pocas veces nos detenemos a meditar acerca de las
consecuencias que estos actos podrían acarrear. Pretender acabar con la delincuencia
incisiva del país es como pensar en apagar fuego con fuego. No podemos acabar con
la violencia utilizando más violencia.
Toda persona que está destinada a nacer, afortunada o infortunada mente, también
está destinada a morir. En mi opinión a veces pasamos la mayoría de nuestro tiempo
buscando excusas, obsequiándoles culpas a personas que ni siquiera conocemos.
Ponemos el destino de la sociedad en las manos de personas de las cuales no
tenemos idea de cuánto se han doblegado ante la sociedad. Entonces ¿Cómo
argumentamos el hecho de asesinar a estas personas? La respuesta: no hay forma. La
cuestión reside en el simple hecho de ser humanos; el derecho a la vida que se ...
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