lipidos

En 1810, según Fernando navarro noriega, contador mayor de arbitrios, 10,238 fincas rusticas, de las cuales 3,749 eran haciendas y 6,689 ranchos (438 se suponía que era iglesias). Algunoscomentaristas insistían en la necesidad de una distribución más equitativa para lograr el progreso y la necesidad de terminar con la propiedad comunal, iniciada con la legislación gaditana, para convertir a losindividuos en propietarios. El gobierno de Zacatecas decreto la adquisición de cuatro haciendas para subdividir sus tierras en lotes y sortear entre cierto número de agricultores.
Aunque ladescapitalización del país, la inexistencia de buenas comunicaciones y de transporte barato, así como la inexistencia de bancos y un sistema monetario moderno obstaculiza el comercio, la apertura de puertosmexicanos a barcos extranjeros y la liberación a las importaciones de tara carga que no fuera de un 25% ad valoren, favorecieron las actividades mercantiles.
Como el progreso y el incremento delcomercio interior dependían de mejores productos el gobierno nacional hizo esfuerzos para favorecerlos, pero con poco éxito. Concesiono el mantenimiento de algunos caminos a los mismos comerciantes, loque incidió en la elevación de costos con el cobro de peajes. Numerosas líneas de diligencias unieron puntos importantes de la republica que soñaba en establecer ferrocarriles, pero que solo logrohacer dos pequeñas vías de México a la Villa de Guadalupe y de Tenería a Veracruz.
Mientras el progreso llegaba, a lomo de mula, se transportaban las mercancías. La arriería Florencia, aunque no dejabande surgir dueños extravagantes para sustituirla con camellos importados. En la región lacustre del valle de México la trajinera fue el vehículo por excelencia: con su toldo de petate y camarotes parapasajeros, surcaban si cesar las aguas de la laguna y los canales de la viga y de Chalco.
A partir de 1824 se empezó a acuñar el peso de la plata con el águila mexicana, pero las transacciones...