literaria

María
Andrés Sierra Zea, un hombre, quien vivía en su oficina entre leyes, códigos, audiencias, testigos, acusados, inocentes, criminales; todo trascurría dentro de una monótona, pasmada y asfixiante realidad, la cual realizaba desde hace unos años atrás, cuando por azares del destino y consecuencia de su profesión, en uno de sus acostumbrados procesos logró que un juez de la repúblicacondenará al más poderoso criminal de cuello blanco, sin llegarse a imaginar que con esto estaría sentenciando su más precioso e invaluable tesoro.
Juan David y Sandra, su pequeño hijo y su esposa hacían parte del perfecto y magnífico mundo, del cual él disfrutaba después de terminar su diaria jornada de trabajo, como abogado penalista; gozaba con las sonrisas, juegos y travesuras de su primogénito; delos cafés y exquisitos platos que preparaba su adorable mujer; el fútbol, los helados y los paseos por el parque producían en él la mayor felicidad. Sin llegar a imaginar que sus dos mundos estuvieran dando un giro inesperado.
Cierto día el aroma de su exquisito café tuvo un triste y melancólico final, pues el mensaje de texto, que acababa de recibir hacía presentir el inicio de una pesadillamarcada por el miedo, la incertidumbre, en él se evidenciaba uno de sus temores más grandes, el peligro acechaba a su familia, la muerte rondaba por su casa. 
En aquel momento sintió que su mundo se desvanecía, y en medio de esta adversidad recordó aquella experiencia que había vivido su padre, la cual le dio las fuerzas necesarias para afrontar lo que estaba por venir.
Natalia
Andrés es conocidopor ser un hombre lleno de carácter y determinación, sin embargo tenía un lado muy susceptible en donde la compasión y su ética le jugaban fuertemente, ya que día con día se veía enfrentado a un sinfín de situaciones, en donde el beneficio de la duda siempre esta y el hacer lo correcto y lo más fácil son un desafío sin cesar. Aun se pregunta por qué tomo la decisión de ser abogado. Recuerda que ensu juventud la idea de ser estudiado de la ley le traería muchos beneficios, tanto para el como para los que pudieran cobijarse de su conocimiento y rectitud. 
-“Tiempos aquellos en los que soñar era la esperanza que mantenía la sonrisa en nuestras caras”- recordó la sensatez y suavidad con la que Sandra siempre hablaba. Inevitablemente una sonrisa broto de su cara al traerla de nuevo a sumemoria. La amaba demasiado, pues fue la persona que le enseño el valor de la lealtad y de la verdadera amistad. Gracias a ella, es que él toma el valor para seguir con su rutinario trabajo, con la esperanza de que algún día este fuera bien reconocido, pues había pasado varios años bajo la sombra de aquellos que se robaban sus casos y opacaban su profesionalismo. 
Lamentablemente así fue. Jamás pensóque haber tomado el caso de “El tigre Blanco” lo fuera a perjudicar tanto. Sin embargo, él es un hombre que a pesar de sus debilidades, jamás se ha doblegado ante los problemas.
-Como decía mi padre: “Estos son los gajes del buen oficio”. – Susurro tenuemente.
Sin más que contener la calma y la prudencia busco en los cajones de madera de su viejo escritorio en la oficina que compartía junto con sucolega Armando Malagon. Entre infinidad de documentos encontró una vieja libreta en donde está el número de contacto del mejor amigo y confidente de su padre: El detective Mario Salamanca
Edy
Su padre… Fernando Sierra, aquella gran persona honesta, tolerante, dedicada y amorosa entre tantas más de sus cualidades, así lo recuerda siempre Andrés. Como añora esos tiempos donde compartían tardes deajedrez, postres en familia, aquellos tan deliciosos y apetitosos con los que eran consentidos por Gabriela Zea, la mejor madre y esposa. Esas épocas donde aprendió el valor de un hogar y el compartir tristezas y triunfos en familia, donde sus padres humildes y trabajadores le enseñaron la importancia de la honestidad y el respeto. Andrés creció siendo una persona amada, valorada con bases...