Literatura Alicantina
Páginas: 2 (332 palabras)
Publicado: 20 de febrero de 2013
LITERATURA ALICANTINA
Recuerdo que años atrás tuvo entre nosotros un gran predicamento el Instituto de Estudios Alicantinos, quien durante algún tiempo marcó la pauta cultural en laprovincia. Sostenían los miembros de esta venerable institución que el paisaje, el aire y, sobre todo, la luz de nuestra tierra daban a sus artistas unas cualidades especiales que los distinguían de los delresto de la nación y hacían diferentes sus obras. De esta manera, hablaban de una pintura, de una música, de una literatura profundamente alicantinas. Para aquellas excelentes personas estaba claroque no había arte más excelso que el realizado por alicantinos, cuyas cimas eran, naturalmente, y por este orden, Azorín, Gabriel Miró y Oscar Esplá.
He vuelto recientemente a recordar al Institutode Estudios Alicantinos al leer, en las páginas de opinión de este diario, un artículo de Josep Lluis Rico Verdú, en el que se felicita por el momento de gran vitalidad que, a su juicio, atraviesa laliteratura alicantina. Para acompañar sus ideas, Rico aporta nombres, da cifras y emite unos cuantos juicios de valor, alguno de los cuales, en mi opinión, no deja de ser pintoresco.
No discutiré aRico si la literatura alicantina disfruta, como él afirma, de un momento de gran vitalidad. No podría hacerlo, entre otras cosas, porque ignoro qué asunto es ese de la literatura alicantina. Comotampoco sé, desde luego, qué cosa es la literatura aspense, la alcoyana o, pongamos por caso, la de la Cañada del Fenollar o Carolinas Bajas.
Siento un vivo aprecio por las gentes que defienden elcarácter de su tierra, con el que llegan a emocionarse en ocasiones. Sin embargo, en cuestiones artísticas me parece necesario evitar este tipo de afecto y ello por una simple cuestión de salubridadintelectual. De no hacerlo así, se corre el riesgo de equiparar unl repique de campanario a una partitura de Messiaen lo que, a todas luces, resulta excesivo por mucha admiración que uno dispense al...
Recuerdo que años atrás tuvo entre nosotros un gran predicamento el Instituto de Estudios Alicantinos, quien durante algún tiempo marcó la pauta cultural en laprovincia. Sostenían los miembros de esta venerable institución que el paisaje, el aire y, sobre todo, la luz de nuestra tierra daban a sus artistas unas cualidades especiales que los distinguían de los delresto de la nación y hacían diferentes sus obras. De esta manera, hablaban de una pintura, de una música, de una literatura profundamente alicantinas. Para aquellas excelentes personas estaba claroque no había arte más excelso que el realizado por alicantinos, cuyas cimas eran, naturalmente, y por este orden, Azorín, Gabriel Miró y Oscar Esplá.
He vuelto recientemente a recordar al Institutode Estudios Alicantinos al leer, en las páginas de opinión de este diario, un artículo de Josep Lluis Rico Verdú, en el que se felicita por el momento de gran vitalidad que, a su juicio, atraviesa laliteratura alicantina. Para acompañar sus ideas, Rico aporta nombres, da cifras y emite unos cuantos juicios de valor, alguno de los cuales, en mi opinión, no deja de ser pintoresco.
No discutiré aRico si la literatura alicantina disfruta, como él afirma, de un momento de gran vitalidad. No podría hacerlo, entre otras cosas, porque ignoro qué asunto es ese de la literatura alicantina. Comotampoco sé, desde luego, qué cosa es la literatura aspense, la alcoyana o, pongamos por caso, la de la Cañada del Fenollar o Carolinas Bajas.
Siento un vivo aprecio por las gentes que defienden elcarácter de su tierra, con el que llegan a emocionarse en ocasiones. Sin embargo, en cuestiones artísticas me parece necesario evitar este tipo de afecto y ello por una simple cuestión de salubridadintelectual. De no hacerlo así, se corre el riesgo de equiparar unl repique de campanario a una partitura de Messiaen lo que, a todas luces, resulta excesivo por mucha admiración que uno dispense al...
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