Literatura Brenda

Bueno y que habían intentado toda clase de pomada, pero lo ungüento crecerán carne sonido nuevo, el bálsamo y lo hay para tal herida? Toda la pierna se había hinchado, y ahora en este día calurosoen la novena luna el joven agonizaba. Había yesos negros en su pierna desde la cadera hasta el pie, pero fueron en vano. Sí, el sastre había visto que para él esta mañana cuando fue a ver a susobrino-muerte que había visto allí claramente. La joven esposa se sentó llorando en la puerta de la habitación que era su hogar y los dos hijos mayores la miraron con gravedad, también afectada por el juego.El tercero era sino un niño que llevaba en su seno. El sastre rechazó un callejón y en una puerta en una pared al pasar a través de un corte lleno de niños desnudos gritando y peleando y gritando enel juego. Sobre su cabeza se estiró cañas de bambú en la que fueron harapos colgados lavadas en agua demasiado escasa y sin ningún tipo de jabón. Aquí sobre estos tribunales una familia vivían en cadahabitación y vierte sus residuos en la corte para que a pesar de que era un día seco y los días había sido seco durante una luna o más y sin embargo el tribunal era mucosa y funcionando con las aguasresiduales. Pero él no se dio cuenta de esto. Pasó por tres tribunales más como la primera y se volvió hacia una puerta abierta a la derecha y entró en la habitación sin ventanas oscuras. Había unolor diferente aquí. Era la puerta de morir carne podrida. El sonido de un llanto levantó de junto a la cama con cortinas, y allá se fue el sastre, su rostro no cambió desde la mirada hacia arriba, ensu venida. Se sentó en cuclillas en el suelo junto a la cama, y su rostro estaba mojado por las lágrimas. Su largo cabello negro había llegado desenrollado y estirado sobre su hombro y colgado a latierra. Una y otra vez se quejó: "oh mi marido-oh, m con el sufrimiento, se sentó en mandato me he quedado solo, ¡oh, mi marido-" la nena estaba en el suelo, además de su llanto débil y otra vez. Los...