Literatura Universal II Antología
Antología. Ulises M Tavera P.
Las mujeres sabihondas (Fragmento)
FILAMINTA.-(A Enriqueta, que
retirarse.) ¡Hola! ¿Por qué huís...?
ACTO TERCERO
quiere
ENRIQUETA.-Por miedo de turbar un coloquio
tan íntimo.
ESCENA 1
FILAMINTA,
ARMANDA,
TRISSOTIN y ESPINA
BELISA,
FILAMINTA.-¡Ah! Coloquémonos aquí para
escuchar tranquilamente esos versos, que hayque sopesar palabra por palabra.
ARMANDA.-Ardo en deseos de escucharlos.
BELISA.-En casa, nos morimos de ansia.
FILAMINTA.-(A Trissotin.) Nada me encanta
de tal manera, como lo que viene de vos.
ARMANDA.-Vuestras cosas son para mí un
regalo sin posible rival.
BELISA.-Se trata de un alimento exquisito que
dais a mis oídos.
FILAMINTA.-No hagáis aumentar más tan
apremiantes deseos.FILAMINTA.-Acercaos y venid, con la
atención necearía, para tener el placer de
escuchar maravillas.
ENRIQUETA.-Entiendo muy poco la belleza de
lo escrito, y no son mi fuerte las cosas
espirituales.
FILAMINTA.-Eso no importa; quizá por ello
tengo que deciros un secreto que debéis
inmediatamente conocer.
TRISSOTIN.- (A Enriqueta.) Las ciencias no
tienen nada que puedan cautivaros, aunque vossólo no hagáis otra cosa que cautivar.
ENRIQUETA.-Ni lo uno ni lo otro; no tengo el
menor deseo...
BELISA.-¡Ah! Ocupémonos del recién nacido,
os lo ruego.
FILAMINTA.-(A Espina.) Vamos, muchacho;
trae pronto sillas. (Espina, se cae.) ¡Vaya con el
impertinente! ¿Es que puede uno caerse después
de haber aprendido el equilibrio de las cosas...?
ARMANDA.-Daos prisa.
BELISA.-Pronto; permitidnuestro goce.
FILAMINTA.-Ofreced
nuestra impaciencia.
vuestro
epigrama
a
TRISSOTIN.-(A Filaminta.) ¡Ay! Se trata de un
recién nacido, señora; su suerte tiene todo el
derecho a conmoveros; es como si fuese a ciar a
luz en vuestra corte.
FILAMINTA. - Para hacérmelo único, basta
con que seáis su padre.
TRISSOTIN.-Vuestra aprobación la servirá de
madre.
BELISA. ¿No comprendes,ignorante, las
causas de tu caída, motivada por haber separado
del punto fijo lo que se llama el centro de
gravedad... ?
ESPINA.-Ya lo he visto, señora, cuando estaba
en el suelo...
FILAMINTA.-(A Espina, que sale.) ¡Qué
torpísimo!
TRISSOTIN.-¡Bien le vale no ser de vidrio...!
ARMANDA.-¡Ah! ¡El espíritu siempre y sobre
todo...!
BELISA.-No se le agota nunca. (Se sientan.)
BELISA.-¡Quétalento tiene!
FILAMINTA.-Servimos
vuestro amable alimento.
ESCENA II
Los mismos
lo
antes
posible
TRISSOTIN.-Para ese hambre voraz que se me
brinda, un plato de ocho versos paréceme muy
poco; y creo que en este caso, no cometeré
Página 1
Literatura Universal II
Antología. Ulises M Tavera P.
ningún abuso añadiendo al epigrama, o sino al
madrigal, la salsa de un soneto queen casa de
una princesa fue recibido cono algo muy
delicado. Todo él se encuentra sazonado de sal
ática, y creo que lo consideraréis de bastante
buen gusto.
ARMANDA.-¡Ah, no lo dudo!
FILAMINTA.-Escuchémoslo pronto.
FILAMINTA.-¡Con
soberbiamente!
magnificencia
y
TRISSOTIN.-(Sigue leyendo.)
Haced que salga, digan lo que digan, de vuestra
rica habitación, donde esa ingratainsolente
ataca vuestra bella vida.
BELISA.-¡Ah!... Despacio... Dejadme respirar,
por favor...
BELISA.-(Interrumpiendo a Trissotin, cada vez
que se dispone a leer.) Siento estremecerse de
gusto mi corazón por adelantado. Me encanta la
poesía con locura, sobre todo cuando los versos
son de tono galante.
FILAMINTA.-Si seguimos hablando, no podrá
decir nada.
ARMANDA.-Dadnos tiempo, si osplace, para
poder admirar.
FILAMINTA.-Siente una ante esos versos, un
no se qué que nos deja pasmadas, derramándose
hasta el fondo del alma.
ARMANDA.-Haced que salga, digan lo que
digan, de vuestra rica habitación
TRISSOTIN.-So...
BELISA.- (A Enriqueta.) Silencio absoluto.
ARMANDA.-¡Ah, dejadle leer!
¡Qué bellamente resulta expresado lo de esa
«rica habitación»! ¡Con qué talento...
Regístrate para leer el documento completo.