literatura
Quedad con Dios. ? Ahora ya estoy solo.
¡Ah, qué innoble soy, qué mísero canalla!
¿No afea mi conducta el que este actor,
en su fábula, fingiendo sentimiento,
acomode su alma a una imagen
al punto que su rostro palidezca,
le broten lágrimas, el semblante se le mude,
la voz se le entrecorte, y que aplique todo el cuerpo
a la expresión de su imagen? Y todo pornada.
¿Por Hécuba?
¿Quién es Hécuba para él, o él para Hécuba,
que le hace llorar? ¿Qué haría si tuviese
el motivo y la llamada al sentimiento
que yo tengo? Ahogar el teatro con sus lágrimas,
atronar con su clamor los oídos del público,
enloquecer al culpable y aterrar al inocente,
pasmar al ignorante y suspender
los sentidos de la vista y el oído. Mas yo,
vil desganado, mearrastro en la apatía
como un soñador, impasible ante mi causa
y sin decir palabra; no, ni por un rey
cuya vida, su bien más preciado,
fue ruinmente aniquilada. ¿Soy un cobarde?
¿Quién me llama infame, me da en la cabeza,
me arranca la barba y me la sopla a la cara,
me tira de la nariz, me acusa de embustero
en cuerpo y alma? ¿Quién?
¡Voto a...! Lo sufriría. Pues seguro
que soydulce cual paloma y no tengo la hiel
que encona los agravios, que, si no,
ya habría cebado a los milanos del cielo
con la asadura de este ruin. ¡Canalla inhumano
rijoso, sensual, desleal, desnaturalizado!
¡Oh, venganza!
¡Ah, qué torpe soy! Sí. ¡Buen lucimiento!
Yo, hijo de un padre querido al que asesinan,
movido a la venganza por cielo e infierno,
como una puta me desfogo conpalabras
y me pongo a maldecir como una golfa
o vil fregona. ¡Ah, qué vergüenza!
Actúa, cerebro. He oído decir
que unos culpables que asistían al teatro
se han impresionado a tal extremo
con el arte de la escena que al instante
han confesado sus delitos; pues el crimen,
aunque es mudo, al final habla
con lengua milagrosa. Haré que estos actores
reciten algo como el crimen de mipadre
en presencia de mi tío. Observaré sus gestos,
le hurgaré la herida. Al menor sobresalto
ya sé qué hacer. El espíritu que he visto
quizá sea el demonio, cuyo poder le permite
adoptar una forma atrayente; sí, y tal vez
por mi debilidad y melancolía,
pues es poderoso con tales estados,
me engaña para condenarme. Quiero pruebas
concluyentes: el teatro es la red
que atrapará laconciencia de este rey.
Monologo de Hamlet
Ser o no ser, esa es la cuestión:
si es más noble para el alma soportar
las flechas y pedradas de la áspera Fortuna
o armarse contra un mar de adversidades
y darles fin en el encuentro. Morir: dormir,
nada más. Y si durmiendo terminaran
las angustias y los mil ataques naturales
herencia de la carne, sería una conclusión
seriamentedeseable. Morir, dormir:
dormir, tal vez soñar. Sí, ese es el estorbo;
pues qué podríamos soñar en nuestro sueño eterno
ya libre del agobio terrenal,
es una consideración que frena el juicio
y da tan larga vida a la desgracia. Pues, ¿quién
soportaría los azotes e injurias de este mundo,
el desmán del tirano, la afrenta del soberbio,
las penas del amor menospreciado,
la tardanza de la ley, laarrogancia del cargo,
los insultos que sufre la paciencia,
pudiendo cerrar cuentas uno mismo
con un simple puñal? ¿Quién lleva esas cargas,
gimiendo y sudando bajo el peso de esta vida,
si no es porque el temor al más allá,
la tierra inexplorada de cuyas fronteras
ningún viajero vuelve, detiene los sentidos
y nos hace soportar los males que tenemos
antes que huir hacia otros que ignoramos?La conciencia nos vuelve unos cobardes,
el color natural de nuestro ánimo
se mustia con el pálido matiz del pensamiento,
y empresas de gran peso y entidad
por tal motivo se desvían de su curso
y ya no son acción. – Pero, alto:
la bella Ofelia. Hermosa, en tus plegarias
recuerda mis pecados.
Monologo de Hamlet
Quedad con Dios. ? Ahora ya estoy solo.
¡Ah, qué...
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