literatura

Me encontraba sentada en un banco de la plaza Francia admirando la belleza que Buenos Aires me ofrecía a las diez de la noche, con una carta en mis manos y un dolor profundo que me quemaba desde mi interior. Sostenía la mirada hacia una pareja de adolescentes abrazados, pensando en todo y en nada. Me mantuve así un rato, que me pareció eterno pero que al cabo fueron solo unos veinte minutos, enlos cuales me decidí para ir a comprarme un café. Me senté en las mesas al aire libre de un barsito, y mientras ingería mi café, me preparaba mentalmente para lo que se avecinaba.
Abrí el sobre de la carta, la cual había encontrado en la habitación del departamento de mi hermana, quien había desaparecido dos días antes. Los ojos se me llenaron de lágrimas, pensando en todo lo que podría estarpasando Clarita, pero decidí proseguir, ya que los ojos me dolían de tanto llorar dado que no quería hacerlo más.
“8 de mayo del 2005.
Decidí escribir los sucesos que me han estado ocurriendo ya que no quiero recurrir a nadie por decisión propia, y si me pasa algo quiero que mi familia (si es que esta carta cae en sus manos) sepa lo que me pasó; cosa que en realidad eso es algo imposible de decirya que ni siquiera yo misma sé qué me está ocurriendo.
Todo empezó el 5 de mayo, ese mismo día volvía de la fiesta de cumpleaños de mi amiga Ana. Llegué a mi hogar alrededor de las tres de la mañana, no estoy muy segura ya que estaba un poco pasada de tragos y poco recuerdo de como llegué a casa siquiera. A penas llegué fui directo a la cama, pero me volví a despertar a las cuatro de la mañananuevamente, y a través de la ventana que se ubica en frente de mi cama, lo primero que noté fueron un par de ojos amarillentos observándome desde el quebracho de la casa vecina. Me quede hipnotizada mirando esos enormes ojos provenientes de un lechuzón de aspecto macabro que se posaba tranquilamente en el árbol, tan tranquilamente que parecía embalsamado. Después de eso no me acuerdo de nada, nide como a la mañana siguiente amanecí en mi jardín trasero, ni de cómo llegaron los arañazos que parecían provenientes de un tigre a mi espalda y brazos.
No le podía encontrar una solución lógica, sin ganas de buscarle más vueltas al asunto, lo deje pasar. Sé que suena un poco inconsciente de mi parte, ya que una persona coherente hubiera recurrido a la policía o quizás le hubiera comentado elasunto a alguien. Pero la verdad es que estaba demasiado atareada como para ponerme a pensar en asuntos que pertenecían a un tercer plano en mi vida en este momento.
Horas después de encontrarme prácticamente desmayada debajo de mi ficus, corrí a ducharme y cambiarme, ya que se me hacía tarde para ir a la universidad. Así, me mantuve el día entero ocupada en la universidad y en el trabajo (luegode la universidad trabajo en un lugar de comida rápida hasta las nueve de la noche). Todo mi día transcurrió normal hasta que me levanté nuevamente a las 3:35 de la mañana y volví a ver al gran Búho situado nuevamente en el quebracho de mi vecina María. Y transcurrió exactamente lo mismo que la noche anterior, volví a olvidar todo y volví a amanecer debajo de mi Ficus con grandes rasguños esta veztambién en mis piernas.
Lo primero que se me vino en mente fue que estaba volviéndome loca, y que los rasguños fueron acto de mi misma bajo los efectos del sonambulismo. Lo segundo que pensé fue que alguien estaba haciéndome estas cosas con el fin de volverme loca, y que, en cierto modo, lo estaba logrando. Pero la verdad es que no tenía enemigos ni nadie el cual quisiera hacerme daño, o esocreía yo. No se me ocurría quien podría ser tan enfermo como para gastar su tiempo en darme un susto.
Ese día falté a la universidad y al trabajo, y me mantuve todo el día en cama. Mientras miraba un capítulo de la segunda temporada de “Friends”, una de mis series favoritas, decidí que tenía que hacer algo al respecto de lo que me estaba ocurriendo.
Cuando cayó la noche, ubiqué una cámara...