literatura

La última obra que publica Jorge Icaza durante su vida lleva el nombre Atrapados (1972). Se trata de una trilogía conformada por los volúmenes El juramento, En la ficción y En la realidad, y consistede una obra en donde el encerramiento, la claustrofobia y la angustia que emiten estos textos, debido a su omnipresencia, parece darnos pistas sobre la relación del propio Icaza con su literatura.Ciertamente, la fama temprana alcanzada por este autor –apenas tenía 28 años cuando se publica Huasipungo en 1934– lo marcó durante el resto de su vida. Icaza ha pasado a la Historia, en gran medida,debido al extraordinario éxito de su primera novela y sin duda, esa novela no sólo eclipsa la producción literaria que le sigue, entre la cual encontramos Atrapados, sino también su interesante yfecunda obra dramática.
En un sentido concreto entonces, podemos decir que Icaza se sintió atrapado tanto por la corriente que lo reclama como autor privilegiado (el indigenismo) como por la críticaposterior a un libro que, en adelante, marcará tanto su destino como el de la literatura ecuatoriana. No es de extrañar que sus esfuerzos por superar esta condición se den en el terreno de la narrativa, elgénero que lo catapultó al estrellato internacional y aquel en el que se sintió obligado a buscar una salida.
Vemos, sin embargo, un intento distinto de evasión, en su última obra, mediante elrecurso a su producción literaria iniciática: aquella del teatro. El segundo tomo de Atrapados incluye fragmentos de distintas obras de su dramaturgia, inclusive un fragmento importante de su primera pieza,escrita en 1928, El Intruso, que nunca fue impresa y de la cual no quedan, al igual que sus dos obras siguientes (Comedia sin nombre y Por el viejo), ambas de 1929, sino vagos registros en la prensade la época.
La relación de Jorge Icaza con la literatura nunca fue cómoda. En una entrevista otorgada a Enrique Ojeda, Icaza revela que siempre había sentido “aversión a la cosa literaria y por...