Litteratura
los pobres con espíritu de América Latina son un signo real y operante de que hay en el mundo actual tareas llenas de sentido.
Ignacio EllacuríaComo exponía Carlos Sojo en 1996, los problemas de la región centroamericana a menudo han estimulado el trabajo de académicos fuera de la región, por razones muy diversas: en algunos casos por lacausa revolucionaria internacional que exigía la comprensión de la dinámica de las revoluciones sociales más alentadoras de la década de los ochenta; en otros casos por la magnitud y la peculiaridad delos enfrentamientos políticos que integraban en una sola matriz de contradicciones fuerzas armadas, gobiernos, oligarquías, movimientos revolucionarios, potencias y subpotencias extrarregionales; enalgunos casos, dichosamente los menos, por la burda necrofilia del sensacionalismo periodístico.
Los centroamericanos, impulsados por el interés propio pero también obligados por el destino y laslimitaciones financieras a permanecer atentos a la dinámica regional, vimos como con la paz, con el final del enfrentamiento entre oriente y occidente, y con la emergencia de una “frágil normalidad” en elplano económico y social, se fueron de la región muchos intereses, tanto académicos como políticos1.
Cuando se comenzó la investigación que a continuación se presenta, la veracidad de laafirmación expuesta era incuestionable. Sin embargo, un acontecimiento ocurrido a lo largo del desarrollo de la misma vino a modificar de algún modo el anterior planteamiento: el Huracán Mitch que arrasó partedel istmo centroamericano en noviembre de 1998. Este hecho de la naturaleza volvió a situar a los países que Pablo Neruda denominaba el “cinturón del llanto” y a sus realidades políticas, sociales,económicas, etc. en el punto de vista tanto de los gobiernos de todo el mundo, como de la sociedad civil y de organismos internacionales de diversa índole. Fue el desencadenante y yo diría más, la...
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