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Cuando la cárcel municipal estaba en la Calle de Juárez en el ex convento del Carmen, dieron a las seis de la mañana el silbatazo para llamar a los presos al centro del patio, era la hora de pasar la primera lista.
Con asombro los custodios comprobaron que faltaban tres de los presos más peligrosos, de inmediato sonaron los silbatos de alarma, se les buscó por todos losrincones no encontrando ninguna pista de su escape, se interrogó a los demás reclusos, nadie sabía nada ni había rastros de cuerdas, herramientas o agujeros que pudieran haber sido utilizados.
Hacía siete meses había sucedido un hecho similar, habían desaparecido dos reclusos en iguales circunstancias. Lo que más extrañaba a las autoridades de la cárcel, era el hecho de que habían desaparecido nosolo los presos, sino que también sus familias, nadie sabía nada de ellos, ni a dónde habían ido, se los había tragado la tierra.
Cierto día una pareja de gendarmes reconoció a la esposa de uno de ellos, allá por el rumbo del bañadero de los caballos en la Calle de Morelos, la siguieron y se percataron que la mujer entró al Templo de San Francisco, la buscaron por todo el convento, habíadesaparecido como por arte de magia.
En otra ocasión, un hecho igual sucedió en el Templo de Capuchinas. Algunas gentes aseguraban haber visto a algunos de los prófugos en el rancho de San José del Carmen. Lo que había pasado con esa gente, aseguraba uno, es que habían encontrado las entradas secretas a la red de subterráneos que hay en Salvatierra. Asegura la tradición que dichos túneles fueronconstruidos en la colonia, son tan amplios que cabe un hombre a caballo dentro de ellos. La misma tradición asegura que unen a los Templos del Carmen, de Capuchinas y de San Francisco, e incluso se llega por ellos hasta la Hacienda de San José del Carmen.
Pero, ¿Por quién? Y ¿Para qué fueron construidos? Se dice que los Frailes Carmelitas fueron los que los hicieron para esconderse y escapar de lastemidas garras de la Inquisición. Aseguran otros, que sirvieron para guardar el producto de las riquezas obtenidas por la Orden. Hay también quien afirma que sirvieron a alguna hermandad de cuya existencia todavía hoy desconocemos.
Si existen en realidad esos subterráneos no lo sabemos con certeza, pero en diferentes tiempos y por diversas causas como la instalación del drenaje en Salvatierra,en las diferentes calles como la de Hidalgo y Juárez han aparecido rastros de túneles. Lo mismo ha sucedido en algunas viejas casonas en las que ha habido hundimientos, que se atribuyen a que por ahí pasa el subterráneo. Pero la verdad no la sabremos hasta que alguien encuentre la entrada y se arriesgue a transitar por ellos.
El Rosario del Padre Amezcua
Era el 10 de febrero de 1964, nacía enSalvatierra el Seminario Menor de los Operarios del Reino de Cristo, bajo el nombre de Internado José Luis Sánchez del Río. Con la autorización del Sr. Arzobispo de Morelia Mons. Luis Ma. Altamirano y Bulnes, había llegado por la mediación del párroco Dn Ruperto Mendoza, dedicado toda su vida a la promoción de vocaciones sacerdotales.
El Padre Enrique Amezcua fundador de la congregación, habíaacudido al llamado de Dn. Ruperto, para ver la finca que este le proponía para el futuro seminario. Era la antigua fábrica de los Argomedo en Batanes, a un costado del legendario puente.
Al padre Amezcua le gustó, se lo imaginaba reconstruido, pero todavía no era de ello, el seminario estaba asentado provisionalmente en un anexo del ex convento de Capuchinas.
A la entrada de la finca, amano izquierda dentro de un portal de techos derrumbados había una palma muy alta, el Padre Amezcua la miró y pidió al cielo que esa propiedad fuera de ellos, para allí asentar su primera casa de formación sacerdotal. Lleno de fe, se dirigió a la palma sacando de uno de sus bolsillos un rosario, lo enterró al pie de ella, dejándolo como prenda de que volvería cuando fuera de la congregación todo...
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