Llanto de carmen boullosa
Pero si llega cansado un indio de andar la sierra lo humillamos y lo vemos como extraño por su tierra. (Amparo Ochoa, Maldición de malinche)
Una reflexión sobre la naturaleza de la literatura que oriente una lectura de Llanto, la novela de Carmen Boullosa (1992)1, tendría que afirmar queescribir es, esencialmente, reescribir. En efecto, la escritora mexicana parece reelaborar la red de ficciones sobre la traición y la muerte de Moctezuma II2, el soberano del México precolombino “más atrayente para los dramaturgos” y predestinado a “héroe de tragedia” (Sten, 1985: 40). El relato canónico lo presenta como el rey amado y odiado por un pueblo que lo reverencia como un dios pero temesu crueldad, dueño de un carácter altamente contradictorio, tan conocedor de la “filosofía” náhualt como opresor de los conquistados y frente a quien, como informa Bernal Díaz de Castillo, “Cortés se maravillaba [, pues] siendo tan gran señor, tenía tantas mudanzas que unas veces dice uno y otras envía a decir lo contrario.” (Cit. por Sten, ibíd.: 41). Sin embargo, el problema surge cuando,solidaria con el lector, la novelista advierte de antemano: la suya es pura negación, su novela es imposible.
Boullosa, Carmen. 1992. Llanto. Novelas imposibles. México: Ediciones Era. En esta serie existen, ciertamente, otras reelaboraciones. Por citar las más relevantes, menciono Jubileo en el zócalo de Ramón J. Sender (1991. Barcelona: Destino) y La noche de Cortés de Vicente Leñero (1994. México:Ediciones El Milagro).
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2 La novela posee una estructura fragmentaria que incluye cuatro tipos textuales. Los agradecimientos finales parecen ser una orientación que intenta dar señales de la estrategia de (des)organización boullosiana. En ellos hace mención de algunas de las fuentes históricas que relatan la conquista de México, de las cuales se intercalan fragmentos en su novela. Lasversiones acogen al vencedor y al vencido: están, entre otras, las Cartas de Relación de Cortés, la Historia de México de Antonio de Solís, el Códice Ramírez, el Códice Florentino, el Códice Aubin, todos conformando un difícil entramado, cuyo sutil vértice es la interpretación de Todorov, quien, en La conquista de América, la cuestión del otro, viene a resaltar precisamente la imposibilidad decomprender a Moctezuma a causa de la desaparición de los documentos necesarios para el análisis. El deseo de escritura derriba la ceguera de una sola versión, la del rey que vende a su pueblo, y lleva a la autora a situarse en el lugar de los vencidos, a contradecir la versión que Cortés expone en la Segunda Carta de Relación. El soberano Moctezuma revive las cuatro historias borgianas: el Tlatoani,dice Boullosa, no murió asesinado por su pueblo, ni por una pedrada equivocada, ni a causa de su propia aflicción. La ciudad asediada vio sacrificar a su dios por mandato de Cortés, mediante una puñalada asestada en la parte baja de su cuerpo para que cuando lo presentaran ante las multitudes, nadie se percatase de la herida:
Cuando sacaron el cadáver para engañarlos con que iban a oír la vozde su emperador, olvidaron poner la música que antecede su aparición, los tambores, la invocación, porque aunque fuera su prójimo en cuanto al ser de hombre, en cuanto al oficio era como un dios. Todo era falso, y el cuerpo que alguien detenía para que no cayera (pues sí era un muerto) se repetía a sí mismo las palabras que le habían sido dichas el día de su coronación. […] Pero dejó el orden desus recuerdos cuando sintió sobre su carne muerta, en la frente, una piedra lanzada desde allá abajo y se dijo: “No es para mí, es para Hernando Cortés, porque quién no se dará cuenta que me han matado, pero me ha atinado a mí, en la frente” (Boullosa, 1992: 32).
3 El intento de novela hace retornar a Moctezuma desde el sitio de la muerte y su aparición acontece en el mismo espacio donde fue...
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