Lledó, la memoria del logos mito de la caverna
Emilio Lledó: La memoria del logos (fragmento)
[lectura de la alegoría de la caverna]
III
La narración del mito se encuentra al comienzo del libro VII de la
República. Allí, en una caverna, con una lejana entrada abierta a la luz hay unos extraños
prisioneros, encerrados desde niños, atados por las piernas y el cuello de modo que
tengan que estarsequietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les
impiden volver la cabeza; detrás de ellos la luz de un fuego que arde algo lejos, y en
plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo
del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo, parecido a las mamparas que se
alzan entre los titiriteros y el público, por encima de los cualesexhiben éstos sus
maravillas.
-Ya lo veo -dijo Glaucon.
-Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que
transportan toda clase de objetos cuya altura sobrepasa la de la pared, y
estatuas de hombres o animales, hechas de piedra, de madera y de toda clase
de materiales. Entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan
hablando y otros que estén callados.-¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!
-Iguales que nosotros -dije-, porque, en primer lugar, ¿crees que los que están
así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros, sino las sombras
proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?
-¿Córno iba a ser de otra manera -dijo-, si toda su vida han sido obligados a
mantener inmóvilcslas cabezas?
-Y de los objetos transportados, ¿no habrán visto lo mismo?
-¿Qué otra cosa van a ver?
-Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar
refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?
-Forzosamente.
-¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas
que cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creeríanellos que lo
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Emilio Lledó: La memoria del logos
que hablaban era otra cosa sino la sombra que veían pasar ante ellos?
-No por Zeus -dijo.
-Entonces no hay duda -dije yo-, de que los tales no tendrán por real ninguna
otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados. (Rep., VII, 514a
515c. Trad. J. M. Pabón y M. F. Galiano.)
Aquí concluye lo que llamaríamos el escenario del mito.La
descripción de la primera sala de cine de arte y ensayo que todos los historiadores del
cine han olvidado, y con ello a Platón, como un adelantado de Louis Lumière. Pero a
continuación del escenario comienza también el rodaje. Y esta es la parte más
abandonada y no sólo por los historiadores del cine, sino por los mismos filólogos e
historiadores de la filosofía que, desde hace más de unsiglo, nos han inundado con
comentarios a la República de Platón y con importantes monografias.
Los planos de este rodaje lo constituyen un prisionero que escapa; la
dificultad de la ascensión hacia la luz, hacia la puerta de la caverna; el dolor de los ojos
acostumbrados a la oscuridad, fraternalmente hechos a las tinieblas; el asombro de ir
descubriendo el montaje de la caverna; losdeseos de volver al punto de partida, tan
cómodo en el fondo; la duda de si es mejor la luz cegadora y dolorosa que la apacible
oscuridad; el deslumbramiento y la imposibilidad de ver, una vez salido de la caverna y
enfrentado con el sol que ilumina árboles y montañas y casas; los recuerdos de su
prisión; la felicidad; el regreso; la discusión con los que no lograron liberarse, la muerte.
Ante latentación de desechar esta visión dramática del hombre,
como un sueño alejado de nuestro vacío realismo, tendríamos que pensar en que hoy
vivimos en un mundo de mitos mucho más tristes, más empobrecedores, corroídos por el
lucro, por un miserable pragmatismo, disimulado por palabras huecas, por símbolos
grotescos o, en el mejor de los casos, por sentimientos enfatizados por orquestadores...
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