llenos de rabia
Erick Benites
Para M. J.,
porque ella es la estrella que quiero seguir.
Priest:... ask yourself if that corpse ofa slut is worth dyingfor.
Marv: Worth dyingfor.
[shoots priest]
Marv: Worth killingfor.
[shoots him again]
Marv: Worth going to hellfor.
[shoots him again]
Marv: Amen.
Sin City
Frank Miller
Primer corte
I
U n maletín y unas cajas la acompañaban el día que apareció en
lacasa de su madre después de casi once meses de matrimonio.
Tais también cargaba con un rostro demacrado por haber esperado día tras día. Pero lo más extraño eran sus ojos; estaban secos
como un par de ladrillos en una azotea. Se había cansado de llorar
su pérdida. Martín no iba a volver y esa era una realidad a la cual
tenía que acostumbrarse. Desde su desaparición, no se supo ni de
su sombra,aunque Tais contó que había recibido llamadas telefónicas en las cuales la persona, al otro lado de la línea, daba señales
de vida a partir de una respiración que iba acelerando conforme
los minutos pasaban, hasta convertirse en un proceso complejo y
agitado en el cual, según ella, podía escuchar los latidos exaltados
de un corazón que le pertenecía. Nadie quiso discutir acerca de las
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llamadaso siquiera ahondar un poco más para llegar a los supuestos latidos. Su aparente calma era un velo disimulando la locura y
la desesperación que en ese momento la controlaban.
Su madre la condujo escaleras arriba hasta llegar a su antigua
habitación. El lugar era un recuerdo casi preciso de lo que ella
había dejado al irse. Las paredes tenían los mismos pósteres, la
mesa de noche tenía la mismafoto de Martín y ella sonriendo en
algún lugar que el visor mostraba desenfocado. La cama había
sido distendida con el propósito de que vaya derecho a descansar
y olvidar por unas cuantas horas quién era. De repente en sueños
era alguien distinto, alguien que no tenía que enfrentar la soledad
de una manera tan cruda. Al recostarse sobre su cama de soltera,
Tais empezó a temblar. Su madre después deverla se alteró un
poco y prefirió sacar unas pildoras para ayudarla a dormir. La
infalible receta contra todos los males de este mundo que administraba la madre de Tais volvió a dar resultado, con una dosis
superior a lo que ella establecía normalmente. Su hija necesitaba
algo más fuerte para poder llegar a un sueño profundo, sin personajes sin trama ni recuerdos, al punto de ser un apagón dondesolo
importaría el momento en que vuelva a abrir los ojos, porque lo
demás antes de eso sería una pantalla negra frente a su rostro.
Al comprobar que Tais estaba completamente sedada, fue
corriendo al cuarto de Carol, la menor de sus hijas, para decirle
que no subiera mucho el volumen de su radio.
- Déjalo así; en esta casa las paredes son de utilería —le dijo
desde el umbral de la puerta.
- Ya,mamá.
- Ni siquiera me has preguntado por tu hermana. Yo no las he
criado de esa manera.
Carol no le dio mucha importancia al hecho de que su hermana estuviera postrada a pocos metros de ella, porque continuó
escuchando música.
Las empleadas que estaban conversando en la cocina, fueron
calladas de manera violenta. Ella solo quería un lugar a prueba de
ruidos, por lo menos hasta que su hija sedespertara. Un lugar en
el cual incluso los susurros húmedos de las cañerías se quedaran
dentro de las paredes. Tenía una segunda oportunidad con Tais y
esta vez no iba a cometer los mismos errores que la hacían des-
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pertarse cuando solo tenía tres horas de sueño y cuatro pastillas
en el sistema; esta vez tenía que hacerlo mejor.
2.
Miraba la televisión.
En realidad Tacher no la miraba; era uncásete de VHS de la
decena que tenía dentro de un cajón. Los sacaba un par de veces
por semana para revisarlos. Quería encontrar alguna pista de la
próxima temporada. A veces se aburría porque los rastros eran
obvios, pero en otras ocasiones los datos se podían enlazar con lo
que venía. Diálogos, apariciones de personajes que se creían
muertos o una escena que no tenía que estar ahí para el ojo...
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