lluvia lluvia
Todo lo que dominaba del paisaje, desde la colina, era unasola variedad de amarillo sediento sobre valles sedientos y estrechos y cerros calvos, en cuyo flanco una mancha de polvo calcáreo señalaba el camino.
No se observaba ningún movimiento de vida, elviento quieto, la luz fulgurante. Apenas la sombra sí se iba empequeñeciendo. Parecía aguardase un incendio.
Jesuso marchaba despacio, deteniéndose a ratos como un animal amaestrado, la vista sobre elsuelo, y a ratos conversando consigo mismo.
- ¡Bendito y alabado! ¿Qué va a ser de la pobre gente con esta sequía? Este año ni una gota de agua y el pasado fue el inviernazo que se pasó de aguado,llovió más de la cuenta, creció el río, acabó con las vegas, se llevó el puente... Está visto que no hay manera... Si llueve, porque llueve... Si no llueve, porque no llueve...
Pasaba del monólogo a unsilencio desierto y a la marcha perezosa, la mirada por tierra, cuando sin ver sintió algo inusitado, en el fondo de la vereda y alzó los ojosmirando hacia el suelo.
Jesuso avanzó sin ruido, y sin queel muchacho lo advirtiera, vino a colocársele por detrás, dominando con su estatura lo que hacía. Corría por tierra culebreando un delgado hilo de orina, achatado y turbio de polvo en el extremo, quearrastraba algunas pajas mínimas. En ese instante, de entre sus dedos mugrientos, el niño dejaba caer una hormiga.
- Y se rompió la represa... ya ha venido la corriente... bruum... bruum, y la gentecorriendo... y se llevó la hacienda de tío sapo... y después el hato de tía tara... y todos los palos grandes... zaaas... bruuuum... ya y ahora tía hormiga metida en ese aguazón...
Sintió la...
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