Lo bello y lo sublime en Edmund Burke


Lo sublime y lo bello en Edmund Burke


Alonso Armando Marroquín Castillo





Hasta el empirismo racionalista que nace en Inglaterra en el siglo XVIII toda la tendencia estética hasta entonces se había guiado por los estándares de belleza que se habían heredado de la antigüedad. Los tratados antiguos sobre la belleza habían convertido a ésta en un lugar “clásico” de meditación filosófica1,incluso antes de que ésta fuera objeto de la estética como disciplina. Diderot y Batteaux habían ya por su cuenta hecho escritos para intentar unificar los tratados que sus contemporáneos habían hecho sobre el tema (Diderot habiendo un resumen histórico crítico y Batteaux unificando las cuestiones de la belleza, el genio y el gusto bajo un sistema teórico).
La tradición filosófica del dieciocho secaracterizó por encuadrarse en el contexto de la Querelle* y una gran tradición cartesiana – limita o rechaza el significado de los sentimientos –, esto viéndose en los primeros tratados de la belleza francesa marcados por un trasfondo teórico cartesiano y también algunos aspectos derivados del pensamiento de Leibniz2. El debate estético para romper con el concepto clásico de belleza empieza con larelación entre el placer (subjetivo) y el objeto que lo causa. Por ejemplo, Crousaz con su Tratado de lo bello, siguiendo a Descartes, recorre el camino relativista en una dirección que lo llevará a la “objetividad de lo bello”. Crousaz llegará a la conclusión que: la belleza será tal si su unidad (o uniformidad) prevalece sobre sus diferencias, sobre la variedad; sería una uniformidad reducida acierta unidad3. (Definición que será muy recurrente durante el siglo XVIII). Lo bello será una idea (objetiva) de la razón, que no obstante, se manifiesta sólo a través del sentimiento, en una capacidad emocional4, esto llevará a facultad específica, el “buen gusto”.
Volviendo a lo sublime, quien abre la posibilidad de una discusión sobre los límites de la belleza es Diderot. En ese mismo caminopodemos ver a Burke que traerá el concepto de “lo sublime” como nueva posibilidad de estudio, esto no excluye a la belleza, sino que amplía sus límites moviendo las definiciones clasicistas sobre ella. Previamente pueden verse ensayos que ya hablan del tema: el Tratado sobre lo sublime del Pseudo-Longino (primeramente habiéndose creído que el autor era Longino pero finalmente se averiguó que eraanónimo) traducido al inglés y francés por Boileau, el Ensayo sobre lo sublime de John Baille, Los placeres de la imaginación de Addison, etc. La tendencia de los filósofos ingleses de esos años se centra en una “psicología de las pasiones”, se sitúan ahora los argumentos en un terreno estético-sensible: lo sublime será algo natural.

El siglo XVIII que nació bajo ideas clasicistas ahora considerael sentimiento y pasión como una posibilidad en la esfera de lo estético capaz de explorar los límites de la potencia creadora del sujeto, ya que no sigue ahora cánones de una vacía y abstracta belleza formal. En el afán de buscar una nueva regla para lo estético esta adquiere un nuevo sentido: un acuerdo entre inspiración subjetiva y una temática objetiva, con una nueva armonía que encuentra suley en las relaciones sensibles.
Edmund Burke (1729 – 1797) empieza con influencias empiristas y lockeanas, planteando que las ideas de lo bello y lo sublime deben ser obtenidas analizando los distintos estados de las pasiones y las leyes de la naturaleza capaces de excitar las pasiones5. La obra que dejó a Burke plasmado en el mundo de la estética fue la Indagación filosófica sobre el origen denuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello, se volvió un referente para todo debate venidero de lo bello y lo sublime. Ésta se divide en: una introducción y en cinco partes que tratan de las pasiones de 1o sublime y de 1o bello (I), de 1o sublime (II), de la belleza (III), de la causa eficiente de la sublimidad y la belleza (IV) y de las palabras (V).
Esta obra de Burke no trata de analizar...