Lo desagradable en el camino a casa.

Lo desagradable en el camino a casa.

La vuelta a casa por las tardes, para muchas personas, es un rito sagrado. Terminar el estrés del día por el rutinario camino de vuelta a casa, sin embargo,hay casos en que la vuelta a casa termina siendo más horripilante que el agotador día que está por terminar. Lo digo exactamente por dos situaciones en específico: tomar el metro de Santiago ytransitar por estación central, más bien, la alameda en general.
Quizás sea una opinión demasiado personal, pero encuentro que el metro y la alameda son de los espacios más sórdidos que se pueden encontraren el contexto de la agradable vuelta a casa. La congestión del metro es horrible, sobre todo en la hora punta; hordas de personas luchando por medio metro cuadrado en un vagón del tren, una grotescanube invisible, pero perceptible, de aromas de la más amplia gama, desde mierda fuerte hasta perfumes florales cuyo dulzor, junto con el olor a mierda, hacen que la nariz caiga a en un estado decastigo constante. Y no es solo esto lo que hace que el metro de Santiago sea horrible, sumado al calor humano y el vapor que genera, dentro del metro el tiempo se dobla, se estira sobre sí mismo. Losminutos pasan lentos, siendo que ya los tramos largos toman un tiempo considerable. El metro es como un plato fuerte de molestia, una desagradable comida que se digiere lentamente mientras el nauseabundoolor inunda todo a su alrededor, estación tras estación.
Por su lado, el tramo de la alameda tiene su horripilancia particular. A diferencia del metro, la alameda siempre está sucia, quizás nocondensa los aromas de las personas de forma tan concentrada como el metro, pero se pueden apreciar distintos matices a cada cuadra, así mismo como las personas, no están apretadas como dentro de una latade atún, pero a pesar de las amplias veredas, es como una oleada humana constante. Todo el espacio rodeado por tiendas y vendedores ambulantes, el humo de las sopaipillas y cientos de cigarrillos...