Lo ermoso
En el 2000, vimos como el rostro de un niño dividió a una familia y enfrentó a dos naciones. Ladisputa por el pequeño Elián González puso en pie de guerra a muchos, y jugó con los sentimientos de otros más.
Pero este año sucedió lo que nunca nadiejamás imaginó. En Estados Unidos, el país donde hasta el pasado 7 de noviembre brillaba la democracia y resplandecía la claridad de sus comicios, huboelecciones dudosas y sin credibilidad.
Nadie imaginó que pasarían 36 largos días de recuentos de votos, protestas callejeras y audiencias judicialespara que conocer que el republicano George W. Bush será el próximo presidente
estadounidense.
Su oponente, el vicepresidente Al Gore sacó más votospopulares que Bush. Pero al final, un solo voto en el Tribunal Supremo de Justicia, le causó la derrota.
Ahora la expectativa está en lo que traerá el2001. El nuevo presidente estadounidense deberá enfrentar duros retos. Una tensa situación en Medio Oriente y la amenaza de que la economía perderávelocidad y entrará en recesión.
Lo único que nos queda es hacer el bien, y rogar que Bush y su nuevo equipo de trabajo tengan la sabiduría para manejar lanación con éxito. Porque cuando Estados Unidos estornuda, al resto de América Latina le da resfriado. Y eso es una enfermedad muy difícil de curar.
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