Lo Has Le Do

– ¿Lo has leído? me dijo Fabricio cuando terminé la lectura del manuscrito.
–Comprendes lo que eh debido de sufrir, tu amigo mío, si todo lo que he leído es cierto, este es el preciso momento devolver a aquel lugar.
-Charlamos aún un rato más sobre el triste destino que acababa de cumplirse, y volvimos de inmediato a la biblioteca
Yo, siempre triste, pero un poco aliviado por el relato de estahistoria; me restablecí emocionalmente y fuimos juntos a visitar a Dalia la antigua almacenista de aquella antigua biblioteca.
Dalia había vendido la biblioteca meses antes. Nos dijo que la causa; fuesu enfermedad, la obligo a quedarse postrada en una silla de ruedas, necesitaba mucho dinero, para cubrir diversos gastos, y lo único que tenía en manos era la biblioteca, la había vendido tan rápidocomo pudo.
Con ayuda de esa historia, que la señora Dalia contaba por todas partes para justificar sus malos negocios, le sacó unos cuantos billetes de cien dólares a Fabricio que no lo creyó, peroque prefirió dar a entender que
lo creía, de tanto respeto como tenía por todo lo que le estaba ocurriendo a la pobre anciana.
Luego llegamos a casa de Julie Duprat, que nos contó los tristesacontecimientos de que había sido testigo, derramando lágrimas sinceras ante el recuerdo de su amiga, que había fallecido ya hace muchos años, en un trágico accidente, quede atonito al oir esta aterrantenoticia, y brevemente vino a mi el recuerdo de aquel día en el que por primera vez sentí un gran sentimiento de atracción hacia la amiga de Julie Duprat, y como no sentir aquel sentimiento por aquellahermosa mujer, de estatura media, cabello castaño, finos labios, y magníficos ojos, siento que fue amor a primera vista…
Mas nunca volví a ver a semejante mujer, acudía sin falta cada día a aquellabiblioteca con la esperanza de poder volver a verla y decirla lo loco que estuve por ella, poder besar tan finos y refinados labios y no soltarla por nada del mundo, pero aquella fantasía nunca ocurrió,...