Lo importante es divertirse
AL AGUA PATOS
Desde siempre los programas de concurso han sido materia prima para realizar producciones de T.V., algunas interesantes e ilustrativas como lo fuera El GranPremio de los 64 mil pesos, bajo la atinada conducción de Pedro Ferriz Santacruz, padre del no tan atinado Pedro Ferriz de Con, durante la década de los cincuentas y sus posteriores reediciones en lossetentas.
También los hubo dirigidos a un público más ávido de divertirse y, por qué no decirlo, de burlarse del prójimo en aras de una supuesta sana y familiar diversión. El Juego de Juan Pirulero,en la década de los setentas hizo la delicia de chicos y grandes a través de juegos y concursos un tanto bizarros y bastante elementales en su estructura. Lo condujo quien fuera toda una polifacéticafigura del mundo del espectáculo como lo fue Luis Manuel Pelayo, que lo mismo fue actor de cine, de doblaje, patiño, la voz oficial de Kalimán, la serie radiofónica en donde alternaba con otro grandeque hacía la voz de Solín, el pupilo de Kalimán, un niño actor llamado Luis de Alba y que todavía tenemos la suerte de contarlo entre nosotros.
Esta emisión logró colgarse de los cuernos de la lunay fue todo un éxito de audiencia y de comercialización, no obstante que recibía infinidad de críticas en donde se le catalogaba como un programa diseñado para humillar a los concursantes y exponer labaja capacidad intelectual del pueblo mexicano por divertirse con concursos tan elementales y pueriles. Todo eso nunca pudo hacerle mella a la emisión hasta que en una ceremonia de izamiento debandera en la Plaza de la Constitución, estando presente el entonces presidente de México Luis Echeverría Älvarez, el sistema de arreo se trabó y la gente alrededor empezó a corear Sube Pelayo Sube, SubePelayo Sube, que era la forma en que el público que asistía al programa impulsaba a los concursantes en el último concurso de la emisión llamado el palo ensebado.
Bastante molesto, el presidente...
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