lo mejor
El hombre viejo depositó unas flores ante una tumba, susurró un padrenuestro entre dientes, extrajo un pañuelo del bolsillo y lustró cuidadosamente la litografía de su finada esposa, que parecía mirarlo tristemente desde la pared del panteón. Cumplido el rito caminó por la fúnebre avenida rumbo a la salida. Le llamó la atención una señora vieja que, frente a una suntuosa tumba,hacía lo que no debía hacerse ante ninguna tumba, suntuosa o humilde: maldecía.
-¿Puedo ayudarle en algo, señora?
-Sí, vaya y consiga con el Intendente una resolución que prohíba hacer caca en este santo lugar.
-No me diga que usted...
-No la hice yo. ¡La pisé, señor mío!
Se había sentado y con infinito asco y esfuerzos musculares olvidados trataba de sacarse elzapato mancillado por la humana miseria.
-¿Me permite...?
El señor viejo ayudó galantemente a la señora vieja a despejarse del zapato, y se puso a limpiarlo cuidadosamente contra el césped que había invadido una losa olvidada.
-Es usted muy gentil, señor.
-Jamás paso de largo ante una dama en apuros -dijo el señor viejo-. Parece que el zapato ya está limpio, aunque todavíahuele.
-Gracias -dijo la señora vieja y se calzó el zapato.
El hombre viejo miró el retrato de un caballero de mirada dura tras los cristales del sepulcro, y abajo una leyenda. Jamás te olvidaremos. Tu esposa e hijos.
-¿Su marido, si no es mucha curiosidad?
-No, es mi padre. El retrato de al lado es mi madre. Estoy casi sola. [10]
-¿Viuda con hijos?
-No, soltera conun hijo. Soy lo que se dice una madre soltera. O, mejor, una abuela soltera.
-No me cuente si le duele.
-¿Quién le dijo que me duele? Me hubiera dolido más ser soltera sin hijos. Y hubiera llegado a ser una abuela sin nietos.
-Me gusta usted, señora. Toma la vida en solfa.
-Tomarla en serio es muy triste. Me entristece la tristeza. ¿Y usted? Permítame decirlo. Luce ustedelegante, y distinguido con esos cabellos blancos. Lástima que huele a caca.
-¡Lo que huele es su zapato, señora!
-No me contestó la pregunta. ¿Toma la vida en solfa?
-Hum... diría que no.
-¿Y qué espera? ¿Espera llegar a morirse con ese porte tieso y pacato?
-¡No espero morirme de ninguna manera!
-¿Ochenta años?
-Hum... setenta y nueve.
-Ya es hora deque piense en la muerte.
-¿Y usted piensa en la muerte?
-¡Sí, por eso tomo la vida en solfa! ¿Casado?
-Viudo.
-Con hijos.
-Con ex hijos.
-¿Cómo dice?
-Se fueron todos. Vivo solo. Bueno, es un decir. Hay una dama que...
-¡Ya, ya, ya, hombres, hombres, hombres!
-¡Tiene ochenta y cinco años, señora! Se supone que es la encargada de la limpieza ydarme los remedios a hora. No limpia nada y los remedios a la hora se los doy yo. Y no me diga que la eche. Es reliquia de la familia.
-Y usted ¿vive sola?
-Con dos gatos y un perro. Los gatos se llaman Gorbachov y Lenin y el perro Bush. Es, como tener un poquito el podrido mundo en casa.
A lo lejos se oye un trueno lejano y empieza a obscurecer.
-Bien aviada voy a estar sime mojo y me agarra la sinusitis. Buenas tardes, caballero.
-La acompaño. El hombre viejo y la mujer vieja caminan por la [11] avenida central. Ella pisa una baldosa floja y trastrabilla. El hombre viejo la sostiene gentilmente del brazo. Ya no la suelta. En el gran portal una anciana increíblemente nariguda le ofrece un lirio -caído de una corona- al señor viejo.
-¿Una flor para laseñora?
El hombre viejo le da un billete y ofrece versallescamente la flor a la señora vieja. Ríen a dúo.
-¡Nos tomó por marido y mujer! -dice ella. Luego lo mira de pies a cabeza y dice-: No me hubiera casado jamás con usted.
-¿Y se puede saber por qué?
-Habrá sido un joven demasiado solemne.
-¿Cómo lo sabe?
-Porque es un viejo demasiado solemne. Yo detesto la...
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