Lo que darwin sabía

Lo que Darwin sabía
El conocimiento del que disponía Darwin era resultado de miles de años de observación y especulación. Las similitudes entre progenitores y descendientes son lo suficientementeclaras para haber sido apreciadas, e incluso aprovechadas, por las civilizaciones más antiguas. De hecho, las preguntas que Darwin se hacía no debían de diferenciarse demasiado de las que se podríahaber planteado un sacerdote babilonio o un filósofo griego. ¿Por qué la descendencia de animales y plantas se asemeja siempre a sus padres? ¿Por qué son similares, pero casi nunca idénticos? ¿Cómo sedeterminan los caracteres físicos que, a veces, parece que saltan una generación?

Tanto los babilonios como los egipcios, ya hace más de 6.000 años, hacían un uso rudimentario del fenómeno de laherencia mediante la práctica de cruces controlados para mejorar la calidad del ganado o de las cosechas. Más allá de la práctica, las primeras teorías se remontan a la Grecia clásica. Pitágoras, duranteel siglo vi antes de nuestra era, sostenía que el semen era el resultado de la mezcla de fluidos que se recogían del cuerpo del padre y que después se depositaban en el cuerpo de la madre, igual queuna semilla se planta en la tierra. Cien años después, Empédocles defendió un papel más activo de las madres. Según este filósofo, las hembras, en vez de ser meros receptáculos, también aportaban algúnmaterial hereditario, lo que explicaba el hecho curioso de que los hijos se asemejen también a las madres. Aristóteles recogió y amplió las ideas de Empédocles y consiguió, además, unir para siempreel concepto de herencia con la sangre. Tanto el semen como el fluido menstrual eran «sangre purificada» y mientras que uno aportaba las instrucciones para crear un descendiente, el otro contribuía aello con los materiales necesarios. Las teorías de Aristóteles sobre la reproducción fueron aceptadas, con pocos refinamientos o adiciones,1 hasta que el método científico moderno se empezó a...