Lo que hiere sana
Julio Torres
A Pedro, maestro y amigo
Una de las principales características del Quijote de Cervantes es la amb¡gúedad. La mayoría de sus elementos constitutivos —desde cl lenguaje hasta la nove-
la tomada como un todo, pasando por el autor y los personajes— tienen al menos dos caras, por lo general opuestas, no estando ninguna de ellas encondiciones de primar sobre la otra. Así, la locura del protagonista no merma la calidad de su discreción, ni la sagacidad de Sancho basta a ocultar su simpleza. La ambigliedad se ve reforzada por el sistema de perspectivas múltiples (narradores-autores, personajes, vox populi) con que el relato es presentado al lector, y a causa de la técnica acumulativa dc su redacción. Parte de esta ambigliedad esel aparente contrasentido
deque un libro de ficción que se propone acabar con la confusión entre verdad y
mentira en literatura, y que a ello dedica buena parte de sus páginas, consagre no muchas menos a la tarea dc hacerse verosímil a sí mismo (fórmulas como verdadera historia, etc.), tarea que implica una teoría y una reivindicación dc la verdad
interna de la narración (Castro, 1972;R¡ley, 1966). A veces, es necesario un acto
de voluntad para liberarse, aunque sea en parte, de la red de verosimilitud que la historia tiende sobre quien la lee. Lo dice Torrente Ballester, refiriéndose al episodio del retablo de Maese Pedro: «La tentación de buscar aquí significaciones segundas es difícil de refrenan Si usted, señor, juzga moralmente a don Quijote como si fuera un hombre deverdad, hace, ni más ni menos, lo que don Quijote ayudando a Melisenda y a Gaiferos... S¡ usted se porta ante una ficción como ante larealidad, ¿por qué tacha de loco a don Quijote cuando hace lo mismo?» (Torrente, 1975:192). Don Quijote, y creo coincidir en esto con Torrente Ballester, no es
un loco en sentido estricto, sino un farsante que decide vivir una existencia dc tipo literario, y lleva sudeseo a la práctica de una forma mantenida y exagerada.
Revista ¿le Filología Románica. n.’< 14, vol. II, 997, págs. 44 1-455. Servicio de Publicaciones.
Universidad Complutense. Madrid, 1997
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Julio Torres
La ambigliedad entre verdad y mentira en el Quijote, incide sobre el personaje de Dulcinea del Toboso, personaje que, como veremos, no sólo no aparece nunca en la acción, sinoque su caracterización, también múltiple y ambigua, es de lo más simple. A pesar de esto, no falta quien intente ver en ella el trasunto de un personaje real.
ALDONZA LORENZO Y DULCINEA DEL TOBOSO
Dulcinea del Toboso no existe, don Quijote la inventa, y a partir de esa
invención, otros personajes inventan también sus propias Dulcineas. La más
conocida de todas quizá sea Aldonza Lorenzo. PeroAldonza Lorenzo no debe
ser confundida con Dulcinea del Toboso, aunque es opinión común que ésta es una idealización de aquélla. Como dice Torrente (1975:71): «A Aldonza Lorenzo no se la ve jamás. y cabe sospechar pura y simplemente que no existe, y así se creería sin el testi-
monio de Sancho Panza». Se refiere al testimonio cuando en Sierra Morena (QL 25:265) don Quijote le revela lasupuesta filiación de Dulcinea. Torrente se queda corto, pues, además del testimonio de Sancho, el propio narrador
(Ql. 1:39) nos relata la invención o creación de Dulcinea objetivamente, haciéndose eco de la vox populi («a lo que se cree»). Luego, don Quijote en Sierra
Morena, con esa confesión tan equívoca para el lector, provoca en Sancho un ataque de palabrería que, si bien no tenemos por quéaceptar como veraz en cuanto
a los detalles (tiene todo el aspecto de ser una idealización sanchesca) debido al momento y los términos en que se produce. sirve como testimonio de que tam-
bién Sancho conoce a Aldonza. El sistema creador de don Quijote, que crea sus
ficciones partiendo siempre de una realidad, exige una sobre la que inventar a
Dulcinea. Esta realidad es Aldonza Lorenzo, un...
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