Lo Que Podr Amos Estar Presenciando No S Lo
es el fin de la guerra fría, o la
culminación de un período específico de la histor
ia de la posguerra, sino el
fin de la historia
como tal: esto es, elpunto final de la ev
olución ideológica de la humanidad y la
universalización de la democracia liberal oc
cidental como la forma final de gobierno
humano. Lo cual no significa que ya no ha
bráacontecimientos que puedan llenar las
páginas de los resúmenes anuales de
las relaciones internacionales en el
Foreign Affairs,
porque el liberalismo ha triunfado fundamental
mente en la esfera de lasideas y de la
conciencia, y su victoria todavía es incomp
leta en el mundo real o material. Pero hay
razones importantes para creer que éste es el
ideal que “a la larg
a” se impondrá en el
mundomaterial. Para entender por qué es esto
así, debemos, primero, considerar algunos
problemas teóricos relativos a la naturaleza del cambio histórico.
I
La idea del fin de la historia no es origin
al.Su más grande difusor conocido fue Karl
Marx, que pensaba que la dirección del desarro
llo histórico contenía una intencionalidad
determinada por la interacción de fuerzas mate
riales, y llegaría atérmino sólo cuando se
alcanzase la utopía comunista que finalm
ente resolvería todas las anteriores
contradicciones. Pero el concepto de histor
ia como proceso dialéc
tico con un comienzo,
unaetapa intermedia y un final, lo tomó pr
estado Marx de su gr
an predecesor alemán,
George Wilhelm Friedrich Hegel.
Para mejor o peor, gran parte del historic
ismo de Hegel se ha integrado a nuestrobagaje intelectual contemporán
eo. La idea de que la humanidad ha avanzado a través de
una serie de etapas primitivas de conciencia en su trayecto hacia el presente, y que estas
etapas correspondíana formas concretas de
organización social, como las tribales,
esclavistas, teocráticas, y, finalmente, las sociedades igualitarias democráticas, ha pasado a
ser inseparable de la
mentalidad...
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