Lo Que Se Gesta En Colombia

LO QUE SE GESTA EN COLOMBIA
William Ospina

El azar de las circunstancias violentas a que nos vemos enfrentados cada día no suele permitirnos advertir el modo vasto y complejo como Colombia está cambiando. Ningún país deja de vivir transformaciones sin tregua, pero Colombia vio en las últimas cinco décadas un cambio radical de su orden social, y se convirtió, por obra de la violencia entreliberales y conservadores de los años cincuenta, y también por su fidelidad a curiosos paradigmas de modernización, en un país urbano. Urbano, por supuesto, no significa necesariamente moderno, y muchos sostienen que el modo tumultuoso como los campesinos expulsados de los campos se integraron a la vida urbana representó aquí menos una urbanización de la población campesina que una suerte deruralización de las ciudades, que se vieron invadidas por mentalidades, estilos de vida, tradiciones y músicas que no respondían muy claramente a las pautas de la modernidad.

Pero más bien uno de los males de nuestra tradición consistió siempre en tratar de ajustar el acontecer histórico a unas pautas, casi siempre tomadas del curso de la tradición europea, o de su versión norteamericana. Si Europahabía tenido una época de esclavismo, luego una época feudal y luego una edad capitalista, había que rastrear nuestra propia historia para identificar en ella esos mismos momentos. Muchos dogmáticos investigadores de años pasados no lograban siquiera preguntarse por qué seguíamos siendo sociedades premodernas si el descubrimiento de América había fundado la modernidad, si las riquezas de América, laplata de Veracruz y de Potosí y el oro de la Nueva Granada fueron el sustento material del Renacimiento europeo, si nuestra incorporación como colonias al orden o desorden de Occidente hizo posible lo que llamó Marx la acumulación originaria del Capital, la instauración de la sociedad mercantil.

Aquí llegaron en el siglo XVI las fuerzas de la Edad Moderna, pero curiosamente impusieron, comopunto de partida, un tipo de servidumbre más severo aún que el de la Edad Media en Francia o en Inglaterra, un régimen esclavista más inhumano que el que Europa había vivido en la antigüedad. Los siervos de la gleba del medioevo eran considerados clases humanas subalternas pero jamás se dudó, como aquí con los indígenas, de su humanidad. Los esclavos de la antigüedad

eran simplemente prisionerosde guerra que perdían su libertad por un revés de la fortuna, no, como en nuestro siglo XVIII, miembros de razas cuyo destino natural era la esclavitud. La Colonia supuso el sometimiento de los americanos como siervos y de los africanos como esclavos a la tiranía de Europa; la América indígena y el Africa negra arrodillados a los pies del amo europeo, como puede verse todavía en la lujosa esculturade Felipe II que centra con orgullo no extinguido la primera sala del Museo del Prado en Madrid.

Nuestra tradición colonial nos habituó a mirar el mundo a través de lentes ajenas, y hasta para intentar liberarnos de nuestras maldiciones eternas terminábamos solicitando las interpretaciones de Europa. Yo suelo pensar que los países de la América Hispánica tenían el cuerpo aquí y el alma lejos,y Colombia fue siempre un país que, como una figura anómala de la geometría, tuvo su centro fuera de sí misma. El centro de nuestra cultura fue sucesivamente la corona española, el Vaticano, la revolución francesa, el mercantilismo inglés, la sociedad de consumo norteamericana. Y ello es grave porque la condición general de los pueblos que han llegado a tener un lugar en la historia consistiósiempre en sentirse en el centro del mundo. Existe una leyenda judía según la cual, si desde el cielo alguien dejara caer una rosa, ésta caería en el centro del templo de Jerusalén. Sentirse en el centro del mundo es una ilusión poética necesaria, que resulta incluso mucho menos soberbia en los tiempos modernos, ya que en el superficie de un mundo esférico, o todos están en el centro, o ninguno lo...