LOBO ESTEPARIO

LOBO ESTEPARIO
El día había transcurrido de modo como suele transcurrir estos días; lo había trabajado un buen
rato, había tenido dolores durante dos horas, como suelen tenerlo la gente de alguna edad. No
había sido un precisamente un día encantador sino simplemente uno de estos días como tiene
que ser, por lo visto para mí desde hace mucho tiempo los corrientes y normales.
Me habíaconvertido en el lobo estepario sin hogar, el enemigo solitario del mundo de la
pequeña burguesía. No vivo en palacios ni en casas de proletarios, sino siempre exclusivamente
en estos nidos de la pequeña burguesía. Por su puesto era de lamentar lo de ahora, lo de hoy,
todas estas horas, y días que yo iba perdiendo, que yo en mi soledad iba sufriendo, días que ya
no traían ni dones agradables niconmociones profundas. Triste y sin embargo estimulado en lo
más íntimo, procuré acordarme del último suceso de esta clase. Había sido un concierto en
donde tocaban una antigua música magnífica, pero mientras tanto yo pensaba, si el mundo
t6iene razón, si esta música de los cafés, estas diversiones en masa, estos hombres americanos
están contentos con tan poco, entonces soy efectivamente el loboestepario que tantas veces me
he llamado, la bestia descarriada en un mundo que le es extraño e incomprensible, que ya no
encuentra ni su hogar, ni su ambiente, ni su alimento.
De un salón de baile por el que pasé, salió a mi encuentro una violenta música e jazz, ruda y
cálida; estuve un rato olfateando, aspirando por la nariz está música chillona y sangrienta
naturalmente que comparada con Bachy con Mozart y con música verdadera, aun porquería…,
pero esto mismo era todo nuestro arte, todo nuestro pensamiento, toda nuestra aparente cultura.
Y está música tenía la ventaja de gran sinceridad y de un humorismo alegre e infantil, tenía
algo de los negros y americanos que a nosotros los europeos se nos antoja tan infantilmente.
Salí del lugar y el viejo barrio de la ciudad me acogió.Esfumada e irreal, allí estaba la pequeña
iglesia, envuelta en totalidad gris .De pronto se me presentó la enigmática puerta de arco ojival,
con la enigmática placa encima, con las letras luminosas bailoteando burlescamente. ¿Qué
decían sus inscripciones? “Entrada no para cualquiera” y “Sólo para locos”. Tranquila me
miraba la oscura pared de piedra y en ninguna parte había una puerta. Sonrienteseguí mi
camino, saludé amablemente con la cabeza al tapial. Surgiendo ante mí de una oscura
bocacalle, me asustó un individuo vestido de blusa azul y con una gorra en la cabeza; sobre los
hombros llevaba un palo con un anuncio. Lentamente iba caminando delante mío no se volvió
a mirarme; si no, lo hubiera saludado y le hubiese dado un cigarro. A la luz del primer farol
intenté leer suestandarte, pero iba oscilando, no podía descifrarse nada. Entonces lo llamé y le
rogué que me enseñara el anuncio. Se quedó parado y sostuvo el asta un poco más derecha, en
aquel momento pude leer VELADA ANARQUISTA TFATRO MAGICO ENTRADA NO
PARA CUAI…
-He estado buscando a usted –grité radiante- él volvió a su camino -no es para cualquiera –dijo
indiferente, con voz de suelo y apretó el paso. Yaiba cansado y quería legar cuanto antes a su
casa. –Espere le grité corriendo tras de él pregunte que llevaba en el cajón le compraré algo, sin
pararse el metió la mano a su cajón, saó un pequeño folleto y me lo dio lo cogí enseguida y lo

guarde. Después de esto me di cuenta lo tarde que era y decidí ir a mi casa en dónde después
de acomodarme y buscar mis gafas de lectura saque el folletoque me dio es extraño hombre, el
título en la cubierta de este folleto de feria era: Tractat del lobo estepario. No para cualquiera.
TRACT DEL LOBO ESTEPARIO
No para cualquiera
Érase una vez un individuo, de nombre Harry, llamado el lobo estepario. Andaba en dos pies,
llevaba vestidos era un hombre pero en el fondo era un lobo. Había aprendido mucho de las
personas y era un hombre bastante...