locotron
Desde su posición en lo alto de la ladera, desde la que se divisaban los
terrenos del colegio, tenían una buena perspectiva de lalisa superficie negra
del agua. Y en aquellos momentos esta superficie no era lisa en absoluto. Algo
se agitaba bajo el centro del lago. Aparecieron grandes burbujas, y luego se
formaron unas olasque iban a morir a las em barradas orillas. Por último surgió
en medio del lago un remolino, como si al fondo le hubieran quitado un tapón
gigante...
Del centro del remolino comenzó a salir muydespacio lo que parecía un
asta negra, y luego Harry vio las jarcias...
—¡Es un mástil! —exclamó.
Lenta, majestuosamente, el barco fue surgiendo del agua, brillando a la luz
de la luna. Producía unaextraña impresión de cadáver, como si fuera un barco
hundido y resucitado, y las pálidas luces que relucían en las portillas daban la
impresión de ojos fantasmales. Finalmente, con un sonorochapoteo, el barco
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emergió en su totalidad, balanceándose en las aguas turbulentas, y comenzó a
surcar el lago hacia tierra. Un momento después oyeron la caída de un ancla
arrojada al bajío y elsordo ruido de una tabla tendida hasta la orilla.
A la luz de las portillas del barco, vieron las siluetas de la gente que
desembarcaba. Todos ellos, según le pareció a Harry, tenían la constitución deCrabbe y Goyle... pero luego, cuando se aproximaron más, subiendo por la
explanada hacia la luz que provenía del vestíbulo, vio que su corpulencia se
debía en realidad a que todos llevaban puestasunas capas de algún tipo de
piel muy tupida. El que iba delante llevaba una piel de distinto tipo: lisa y
plateada como su cabello.
—¡Dumbledore! —gritó efusivamente mientras subía la ladera—.¿Cómo
estás, mi viejo compañero, cómo estás?
—¡Estupendamente, gracias, profesor Karkarov! —respondió Dumbledore.
Karkarov tenía una voz pastosa y afectada. Cuando llegó a una zona bien
iluminada,...
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