Locuras
Era una voz que me decía “Ayuda” sonaba sin fuerza, desgarrador como si estuviera entre la vida y la muerte. Era un joven que pedía comida para recuperar fuerzas y poder recuperar algo que había perdido, mis ojos no podíancreer lo que estaban viendo, el suplicaba y a la vez rogaba que por favor le ayudara a recuperar sus alas que se le habían desaparecido cuando cayó a la tierra por accidente, yo acepte ayudarlo sin nada a cambio; todos los días sin mediar palabra con aquel joven iba a la Iglesia, con una cesta de comida a escondidas del Padre Juan.
Un día me llene de valor, me le acerque— ¿Cuál es tunombre? —le pregunte y con mucho miedo lo dije.
El subió la mirada hacia mí— Yo me llamo Armando y ¿Cuál es el tuyo? —me dijo con voz muy sutil y angelical.
Yo con los nervios a flor de piel—Amanda —le respondí dirigiéndome a él
El me sonrió—Es un nombre muy hermoso —me dijo mirándome con una sonrisa muy hermosa que me cautivo.
Yo le retire la cesta de comida y me despedí, y élse despidió con su sonrisa que me había cautivado, al llegar a mi casa no sé que me pasaba solo pensaba en él y en su sonrisa, no se pero quería verlo otra vez y hablar con él, trate de tranquilizarme, me fui a mi cuarto para acostarme y cerrar los ojos pero aun cerrados lo veía a él y su sonrisa, no podía sacarlo de mi cabeza, este sentimiento nunca lo había sentido por alguien “Que mesucedía” me preguntaba en mi interior.
Al día siguiente trate de tranquilizarme pero era tanto el deseo de verlo que hasta se me olvido comer, tenia muchas ganas de comer y tenia una cesta llena de comida pero no me la podía comer por que la comida no era para mi, aunque no era muy fácil aguantar la tentación, por fin llegue hasta arriba del campanario y hay se encontraba viendo el paisaje; lo vihay tranquilo y no sabia que me pasaba mi corazón latía muy rápido y todo mi cuerpo temblaba estaba muy nerviosa, el no me podía ver así de esta manera, no quería que el me viera así, pensé en dejarle la cesta de comida mientras que estaba distraído viendo el paisaje y luego la venia a buscar; pero al momento que iba dejar la cesta me resbale con algo y me caí.
El Ángel se voltio para verquien era, se imagino que podrían ser muchas personas extrañas excepto yo, al verme sintió un alivio y una preocupación que se dirigió hasta donde yo estaba— ¿Estas bien? —me lo pregunta tan preocupado.
Yo lo veo— Si estoy bien creo que me resbale con algo, pero lo bueno que a la cesta no le paso nada —le dije tratando de no tartamudear.
El sintió una tranquilidad —Que bueno que estés...
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