lol de lod satr
Harry Potter
y las Reliquias de la Muerte
La
dedicatoria
de este libro
se divide
en siete partes:
para Neil,
para Jessica,
para David,
para Kenzie,
para Di,
para Anne
y para ti
si has
seguido
con Harry
hasta
el
final.
¡Ay! el tormento arraigado en el linaje,
el grito desgarrador de la muerte,
el golpe que rasga la vena,
la sangre que nadie restaña,la pena,
la maldición insoportable.
Pero hay un remedio en esta casa,
no fuera de ella, no,
no venido de otros, sino de ellos mismos
en su pugna sangrienta. A vosotros clamamos,
oscuros dioses que habitáis bajo la tierra.
Escuchad con atención, dichosos poderes subterráneos,
responded, enviad ayuda.
Amparad a estos muchachos, concededles la victoria ya.
Esquilo, Las coéforas
La muerte noes más que un viaje, semejante al que realizan dos amigos al separarse para atravesar los
mares. Como aún se necesitan, ellos siguen viviendo el uno en el otro y se aman en una realidad
omnipresente. En dicho divino espejo se ven cara a cara, y su conversación fluye con pureza y libertad.
Tal es el consuelo de los amigos: aunque se diga que han muerto, su amistad y su compañía no
desaparecen,porque éstas son inmortales.
William Penn, More Fruits of Solitude
1
El ascenso del señor Tenebroso
En un estrecho sendero bañado por la luna, dos hombres aparecieron de la nada a escasos metros de
distancia. Permanecieron inmóviles un instante, apuntándose mutuamente al pecho con sus respectivas
varitas mágicas, hasta reconocerse. Entonces las guardaron bajo las capas y echaron aandar a buen
paso en la misma dirección.
—¿Buenas noticias? —preguntó el de mayor estatura.
—Excelentes —replicó Severus Snape.
El lado izquierdo del sendero estaba bordeado por unas zarzas silvestres no muy crecidas, y el derecho,
por un seto alto y muy cuidado. Al caminar, los dos hombres hacían ondear las largas capas alrededor
de los tobillos.
—Temía llegar tarde —dijo Yaxley, cuyas burdasfacciones dejaban de verse a intervalos cuando las
ramas de los árboles tapaban la luz de la luna—. Resultó un poco más complicado de lo que esperaba,
pero confío en que él estará satisfecho. Pareces convencido de que te recibirá bien, ¿no?
Snape asintió, pero no dio explicaciones. Torcieron a la derecha y tomaron un ancho camino que partía
del sendero. El alto seto describía también una curvay se prolongaba al otro lado de la impresionante
verja de hierro forjado que cerraba el paso. Ninguno de los dos individuos se detuvo; sin mediar
palabra, ambos alzaron el brazo izquierdo, como si saludaran, y atravesaron la verja igual que si las
oscuras barras metálicas fueran de humo.
El seto de tejo amortiguaba el sonido de los pasos. De pronto, se oyó un susurro a la derecha; Yaxleyvolvió a sacar la varita mágica y apuntó hacia allí por encima de la cabeza de su acompañante, pero el
origen del ruido no era más que un pavo real completamente blanco que se paseaba ufano por encima
del seto.
—Lucius siempre ha sido un engreído. ¡Bah, pavos reales! —Yaxley se guardó la varita bajo la capa y
soltó un resoplido de desdén.
Una magnífica mansión surgió de la oscuridad al finaldel camino; había luz en las ventanas de cristales
emplomados de la planta baja. En algún punto del oscuro jardín que se extendía más allá del seto
borboteaba una fuente. Snape y Yaxley, cuyos pasos hacían crujir la grava, se acercaron presurosos a la
puerta de entrada, que se abrió hacia dentro, aunque no se vio que nadie la abriera.
El amplio vestíbulo, débilmente iluminado, estaba decoradocon suntuosidad y una espléndida alfombra
cubría la mayor parte del suelo de piedra. La mirada de los pálidos personajes de los retratos que
colgaban de las paredes siguió a los dos hombres, que andaban a grandes zancadas. Por fin, se
detuvieron ante una maciza puerta de madera, titubearon un instante y, acto seguido, Snape hizo girar la
manija de bronce.
El salón se hallaba repleto de...
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