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mpleja. Intentando aplacar los ánimos de unos y otros, constituye tal vez la figura más positiva de la familia, pese a que, en una lúcidainterpretación, su debilidad respecto a los hijos varones se entienda como clave de sus fracasos. Sobre ella llueven las culpas del desequilibrio familiar y delsuicidio de su hijo Román. Sus otras dos hijas, llegadas a la casa después de la muerte del hermano, la acusan de un exceso de indulgencia ante laingratitud de sus hijos. Esa es, en último caso, la causa primera de la decadencia y de la pérdida de los valores familiares.

Antonia, la criada,aparece como un ser animalizado y hosco, de instintos primarios, que goza de la miseria de sus señores como una especie d triunfo personal. Su punto débiles el amor no correspondido hacia Román.

La madre de Ena es uno de los pocos personajes positivos de la novela. Sintió el amor en sus primerosaños de juventud y es una figura dulce y suave, que debe contarle a Andrea sus torturas ante el peligro que corre su hija quien presume enamorada deRomán.

El resto de personajes, Jaime, Gerardo, Pons o los chicos del apartamento de Guíxols no dejan de pasar por la historia como una sombra: un símbolode la superficialidad bien acomodada. Incluso algunos de ellos, como el bebé sin nombre de Gloria y Juan, son representantes de las víctimasinnumerables y anónimas que padecen impotentes el azote de la barbarie.




e Goya. Laia Codina

17. Conclusiones más destacadas. Ana Alcaraz