lololololo

1064 palabras para decir muchas gracias
Una noche de la segunda mitad del siglo XX, mi padre el periodista-reportero Francisco Núñez López me llevó a conocer el poder destructor del fuego. En una esquina de la primera norte dijo: “Mira bien y no te olvides, ese resplandor del cielo es del incendio en la librería “Toledo”, del señor Benítez. A tres cuadras de distancia se notaba el humo y sudenso olor. Por la mañana fui con Jorge Chulín a curiosear los restos del siniestro, miles de volúmenes y hojas quemados con todo aquel hombre y su edificio me impresionaron para siempre y aunque pocas veces hablé con el solitario señor Benítez lamenté su extraordinaria muerte, yo como inquieto niño me preguntaba ¿habrá leído tantos libros?
El maestro Epigmenio de León, famoso educador y abuelopaterno de los Núñez de León, me enseñó a leer y escribir, pero don Raulito Ruiz secretario de la escuela “tipo” Camilio Pintado fue el que me enseñó a querer y amar a los libros pues don X, un maestro me castigaba por indisciplinado mandándome a la dirección y allí don Raulito nunca se cansó de escoger buenas lecturas para mí, “de castigo”.
Mi primer amigo librero fue don Braulio Sánchez quien medejaba leer sin pagar los libros que me gustaban de su tienda; de estudiante universitario de la UNAM traía a Chiapas a mis compañeros y ya en Tuxtla vamos visitaban su librería y les asombraba la calidad y cantidad de títulos que don Braulio tenía en los estantes de su inolvidable “Escritorio”.
Don Arturo Ramos el marino que por media vida se vio inmerso voluntariamente en un mar de libros ensus inolvidables “Correito, “Cuentolandia” y “El periquillo”, un día me dijo: Rodrigo, la gente necesita libros que traten o se refieran a Chiapas, imprímelos tu”. Yo sabía de que él había sido amigo de Rafael Arles un escritor y periodista que un buen día recaló en Tuxtla, y como habían caído en mis manos algunos mecanoscritos de Arles, le pedí a don Arturo Ramos, el ya famoso librero, un prólogopara “Siquiera tata cura nos tocara la campana” una miniatura con ilustraciones que ex profeso dibujó el pintor Héctor Ventura que tantas veces me apoyó en mis locuras como editor y hoy en paz descansa
Si los libros y sus nuevas ediciones son importantes, para mí las “librerías de viejo” y sus bibliófilos propietarios, sobre todo en el DF, son la maravilla de los que amamos a los libros comofuentes de información y sabiduría. De varios libreros de viejo que conocí, quiero referirme con admiración a don Polo Duarte cuya colecciones bibliográficas de miles de ejemplares hoy, si no me equivoco, encuentran en el acerbo de la biblioteca pública de Villahermosa. Es curioso pero hay libros que como la Biblia entre más viejos son más importantes.
Es sumamente grato saber que el PolitécnicoNacional, sin escuchar las premoniciones que auguran la decadencia y fin de la era de Gutemberg, es decir de la imprenta, que según dicen algunos pronto se acabará con la lectura, edición y venta de los textos impresos o encuadernados. Pero como dicen otros “lo digital parece ser lo mismo pero no es igual” pues un texto impreso en libro es táctil, tridimensional y placentero y si x libro nos cae mal lopodemos deshojar como acto de protesta contra su autor y en caso extremo como hicieron los nazis hacer hogueras para vergüenza histórica del pueblo alemán.
Chiapas durante varios años ha sido un estado con muy pocos lectores de libros y con muchos periódicos. Sin embargo, la lectura y su fomento es y debe de ser de interés para los gobiernos estatales, federales y municipales: ya no digamospara las universidades y diversos establecimientos de enseñanza superior.
La presencia del Instituto Politécnico Nacional en Chiapas entre otras acciones con la inauguración de esta librería es un estímulo gigante para quienes en forma por demás económicamente limitada nos hemos dedicado (alguien tenía que hacerlo, pues como decía en sus cátedras el maestro Gastón García Cantú. “Entre todos lo...