lolzito
Los “costumbristas” chapoteaban en el barro; los líricos se quedaban en las nubes. Nuestros escritores abren la boca para carcajear en recias explosiones de burla; o ponen los ojosen blanco para suspirar fementidas delicadezas; o fruncen el ceño para prorrumpir en campanudas y falsas contumelias.
Aquí y allá pueden recogerse algunas flores de ironía y de buen humor, queapenas alcanzan para formar un ramillete exiguo.
Algunos mozos, sin embargo, están revelando que poseen el don de la ironía genuina, fenómeno a todas luces consolador. Los contrastes humanos ya no losexasperan, amilanan ni entristecen: antes por el contrario, los mueven a curiosidad primero, a tolerancia luego y finalmente a piedad o a risa. Según que descubren lo extraño y absurdo de la vida y delas palabras de los hombres, van llegándose a la raíz de las desventuras humanas, van conociendo que la herencia del error y de la injusticia nos toca a todos por igual; y de la fraternidad delinfortunio surge la piedad, como esas flores que nacen en los terrenos húmedos y sombríos y que pintan en la lobreguez de su habitación un reflejo del cielo remoto. Podemos esperar que al lado de la ironíaprospere, no enclenque como su melancólica hermana, sino enérgico y vivaz, el amor a la verdad y a la justicia.
Julio Garmendia llegó a Caracas hace pocos años, frisando con los veinte, y fue a parara la redacción de un diario. Es el caso más curioso de afición a las letras que puede darse. Entró a trabajar en el diario no por necesidad ni por ambición política, como los demás, sino por vocacióndesinteresada.
Entre nosotros, la estrecha puerta del periodismo es la única que conduce a la literatura. Pero lo más curioso es que el periodismo no le marchitó su juvenil amor a las letras...
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